EL ANOTADOR
En la penumbra del desván
Mi viejo anotador
Sexto curso
Asoma tras el viejo espejo roto
En su tapa desteñida y cuarteada
El Mustang Boss rojo 1964
Brama silencioso su corazón de fuego
El espejo refleja mi rostro
Extraño
Repartido en trozos.
Soy uno y soy tantos.
Me mira y exclama.
¿Eres tú?
Si...?
¡Por fin ¡
Ya era hora
¿No lo vez?
Estoy presto
Por favor
Tómame en tus manos
Como antes
Sácame de esta oscuridad
Húmeda y muerta.
¡Vamos¡Vamos¡
Busquemos la brisa y el sol
De nuestra postrer primavera.
Recuerda
Yo guardo el horario
Irrepetible
De tus miedos
Yo guardo el horario
Irrepetible
De tus alegrías verdaderas
Y de tus ansias
Y tus sueños primeros
Y tus esperanzas.
Yo sufrí, apretado a tu pecho
Adioses y decepciones.
Y recogí
Diligente
Calidas
Tus lágrimas furtivas
Y cuido.
Puedes verlo,
Su nombre escrito
Con trazos suaves
Una y otra vez
Y guardo.
El urgente, trémulo
Poema dormido.
¿No se lo diste?
Ella no lo supo
Y se fue
¡¡Estas llorando¡¡
Pero
¿Quien eres?
¡¡tu no eres aquel¡¡
¡¡no me perteneces¡¡
¡¡no te pertenezco¡¡
Cierra la puerta y vete
Déjame volver
A la oscuridad
Húmeda y polvorienta
Del desván
Déjame recordar
Déjame soñar
A solas
Y sin tiempo
Déjame ir.
Déjame esperarlo
Se que vendrá
Déjame, déjame
Tras el espejo roto.
Hugo Halley M
2 mayo 2016
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