El Genocidio parece ser la maldad de moda en nuestro
tiempo, y como gente servil de aquí adentro, y gente mercenaria de allá afuera
necesitan de un argumento para herir a nuestro país, han reavivado de nuevo la
especie del “Genocidio de Indígenas en el Paraguay”.
En nuestro diario, dicha
mentira está recibiendo cumplida respuesta. Pero al margen de la importancia
local de este nuevo episodio, nos preguntamos nosotros si aquellos que en
Estados Unidos proclaman que ya no quieren ser “gendarmes del mundo”, pero se
han convertido en “Jueces (gratuitos) del Mundo”, qué han dicho de los otros
genocidios que en el cercano pasado y en el presente se están produciendo.
Genocidio perpetraron, en escalofriante
escala, los rusos después de la II Guerra Mundial con los pueblos de origen
germánico que Vivian en sus fronteras. Y contra los ucranianos que saludaron
como libertadoras a las tropas alemanas, y contra los lituanos que no querían
perder su independencia. Genocidio
contra indios han cometido los mismos americanos exterminando las tribus
aborígenes y apropiándose de sus tierras. Genocidio
contra blancos perpetraron las guerrillas rojas la semana pasada en el Zaire. Genocidio contra 3 millones de
amarillos el año pasado en Camboya, caído bajo el poder rojo, y genocidio
contra negros está cometiendo hoy mismo Fidel Castro, a quien en México, toda
la prensa está acusando de formar sus fuerzas expedicionarias al África con los
cubanos de raza negra, mayoría molesta a la que se está enviando al matadero
africano, mientras que, según comprueba el Instituto Anticomunista
Latinoamericano, cien mil negros están concentrados en Camagüey, a 20 millas de
La Habana, en Pinar del Rio, Isla de Pinos, Matanzas y Sacti Espíritu, listos
para servir de carne de cañón a la aventura comunista en África.
Estos son
hechos comprobados de genocidio,
ante los cuales, los “jueces” radicalizados (?) de Washington callan, mientras
por otro lado, aferrándose a escurridizos “testimonios” de enemigos del
Paraguay, provocan un “lata parara mundial” sobre el “Genocidio en nuestro país”.
Mientras tanto, como diría el Ministro Samaniego, aquí, en el Paraguay, “los
muertos que ellos matan, gozan de buena salud”.
Mario Halley Mora - MHM
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