En un tiempo,
Ia casa estaba llena de ruidos, de vida y de música. Pero los cuatro hijos se casaron y fueron a formar
nido aparte. La casa quedo presa de ese silencio que es mas opresivo porque se lo compara con el
ruido que enmudeció. Entonces el padre se sintió un poco Unamuno, y decía
mirando Ia sala silente, el tocadiscos mudo, las habitaciones ahogadas de
ausencia: "Me duele mi casa”.
Mario Halley
Mora . MHM
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