Carlos murió a los
76 años. A ios 20, había entrado a trabajar de dependiente en un gran almacén,
se jubiló a los 50. Joven aún, volvió a emplearse en otro almacén, y se jubilo
a los 75, muriendo un año después, casi sin gozar de su doble jubilación. Por
su parte, Raúl murió a los 32 años. A los 15 años, se había fugado de su hogar
y viajo como ayudante de cocinero en un barco de ultramar. Fue mozo en París,
músico en Atenas, soldado en África, croupier en Montecarlo y gondolero en
Venecia. Cuando tenía 32 años, lo mató un marido celoso. Carlos vivió mucho,
pero vivió poco. Raúl vivió poco, pero vivió mucho.
Mario Halley Mora -
MHM
No hay comentarios:
Publicar un comentario