Personajes
Ella: 20
El: 25
Decorado: la acera. Una parada de ómnibus.
Ella: Dígame...
señor.,. ¿pasa realmente por acá el 27...? Porque hace más de media hora que
espero y...
El: Si,
pasa.
Ella: Gracias.
El: De nada.
(Pausa)
Este...
señorita... ¿cuánto tiempo hace que espera...?
Ella: 20
minutos.
El: Mucho
tiempo.
Ella: Aja.
El: Y...
si no viene enseguida va a ser 25, claro... ¿Verdad?
Ella: No,
después de 20 viene 21... pero oiga, señor. Le salen de Ud. por todos los poros
las ganas de conversar. Pues no-me-gusta.
El: ¡Pero
si Ud. primero me dirigió la palabra!
Ella: Le
hice a una pregunta impersonal.
El: ¿Y
cómo es eso...?
Ella: Sencillo,
es como leer un poste indicador.
El: Gracias.
No sabía ya que era un poste.
Ella: Ahora
ya lo sabe. Y basta, señor. No acostumbro a hablar con extraños.
El: Eso es
fácil, je je je. ¡Nos presentamos y ya está!
Ella: Mire,
eso es más viejo que... ¡Ud. lo sabe....!
El: ¡Charlar
no es pecado!
Ella: ¡Por
favoooor!
El: ¿Casada?
Ella: Ufff,
mire que Ud. es impertinente, ¿eh? Bueno, acabemos, señor. Yo le diré: No, soy
soltera. Luego, Ud. me contestara una estupidez como por ejemplo: "¿Sera
posible que nadie se haya fijado en una dama tan bella?; y yo, a mi vez, bajare
los ojos, ruborizada, y le diré: Oh, señor, es Ud. muy amable", y patatin,
patatán, Ud. terminará pidiéndome una cita. ¡Aire, plis!
El: ¡Bueno,
por lo visto Ud., las sabe todas!
Ella: ¡Conozco
las mañas de los hombres!
El: ¡Lo
dice como si odiara a los hombres!
Ella: ¡No
los odio, me son indiferentes!
El: Pero
vaya...
Ella: Ya sé,
ya sé, no siga, hombre. Ahora viene lo siguiente: Ud. me dirá: “Pero señorita,
es Ud. mujer, tiene una misión y un destino, y en el fondo de ese destino, está
el amor..." ¿Acerté?
El: ¡Acertó!
Ella: ¡Bueno,
entonces, déjeme en paz!
El: Pero...
y la respuesta, ¿eh? ¿Ia respuesta?
Ella: ¿Qué
respuesta?
El: Para
que Ud. sea tan descreída, tan desafecta, ¡tiene que haber una razon!
Ella: ¡A ver
si me pongo a contarle la historia de mi vida!
El: No
aspiro a tanto, cuénteme solo la historia de su rencor.
Ella: ¿Y
cómo sabe que lo tengo?
El: Pero
si se ve a la legua. Ud. respira rencor por todos sus poros, le endurece la
mirada, le hace apretar los labios. En una palabra, señorita, ¡la afea!
Ella: ¡Grosero!
¿Quiere dejarme en paz?
El: ¡Con
muchísimo gusto!
[Pausa]
Ella: Oiga...
señor.
El: ¿Me
habla a mí?
Ella: Sí...
eso de que el rencor me sale por los poros y me afea... ¿es verdad o un
desquite...?
El: Es...
una verdad. ¡Y un desquite!
Ella: Oh,
mire... ¿cómo se llama Ud.?
El: ¡Carlos
Robles!
Ella: Mire...
señor Robles... ¡no siempre soy así! Es que... acabo de pasar por un momento
que... Oh... ¡Ud. es un extraño para hacerle confidencias...!
El: ¿Extraño?
Soy Carlos Robles. Además, tengo vocación de buen tipo. No tengo los hombros
anchos, pero le presto para que llore. ¡No hay mejor remedio que llorar!
Ella: Si yo
pudiera... (Lloriquea) iDios! ¡Me voy a echar a llorar en la calle...i
El: ¿Pero
qué le hicieron...?
Ella: Un
hombre... crei que me quería. Hoy me invitó a tomar el té y...
El: Ya ya
ya ya... ¿No era un té en casa de su tía...!
Ella: ¿Y
cómo lo sabe?
El: iOh,
suponía, suponía...i
Ella: ¡Qué canalla!
El: ¿La
tia?
Ella: ¡No,
él!
El: Esto
si que está buena.. Porque existe un sinvergüenza suelto, todos los hombres
somos iguales. ¿No es un poco injusto...?
Ella: Realmente...
El: Buena,
borrón v cuenta nueva. ¿Quiere que sea su amigo..,?
Ella: ¿Sinceramente...?
El: De
roda corazón. Trataré de hacerle reconciliar con el sexo fuerte. La invitará a
pasear... a tomar el te y... .
Ella: ¡Y a
presentarme a su tía...!
El: ¡Si,
pero legitima! Se da el Caso de que soy huérfano y me crio una tia solterona.
¡Es como mi mama!
Ella: Muy
bueno todo, pero... ¿por qué?
El: ¿Por
qué qué...?
Ella: ¿Por
que quiere ser mi amigo?
El: Esto
no es piropo. ¡Porque Ud. me gusta!
Ella: Uhhh...
¡A cuántas le habrá dicho eso!
El: ¡A
muchas!
Ella: ¡Qué
cínico!
El: Pero
esta vez lo digo con sinceridad.
Ella: ¿Y a
las otras...?
El: ¿A las
otras? digamos que para ir entrenándome para el momento de decirlo de veras.
Ella: ¿Y no
le habrá dicho eso también a las otras?
El: Ah...
¡eso lo tiene que averiguar Ud.!
Ella: ¿Pero
cómo?
El: Muy
fácil... Dejándome ser su amigo...
Ella: Oh,
oh... mire, mi camión... ¡allá viene i
El: ¡NUESTRO
camión!
Ella: ¿Ud.
también toma el 27?
El: No...
el 41 pero... ¡me parece oportuno
cambiar de itínerario! iGuarda, altooooppp!
T E L O N
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