Ella era rica. El
era pobre. Se enamoraron. El padre de ella, oligarca y plutócrata, dijo que no.
La mamá de él, humilde y ambiciosa, dijo que sí. Por ambos lados, opinaron los
parientes, aconsejaron los amigos, sentenciaron los viejos y tomaron banderas
los jóvenes. Por dos años permanecieron firmes en su amor, y sucedieron cosas.
El padre de ella perdió su fortuna y la madre de el ganó la lotería. Ellos
siguen amándose, pero la madre de el dice que no, y el padre de ella que si, y
los parientes opinan y los amigos aconsejan, los viejos sentencian y los jóvenes
toman banderas.
Mario Halley Mora -
MHM
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