Pecaron. Vino un
hijo que ella quiso y él no. “Es tu problema", le dijo, y desapareció. El
chico creció, y al aprender a hablar aprendió a preguntar: “¿dónde esta mi
papa?". Ella le contestaba que se había ido a un largo viaje, y al
decirlo. Se preguntaba a si misma, a que distancia queda el desprecio.
Mario Halley Mora -
MHM
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