Un autor toma una comedia
de Lope de Vega.
Y se dice:
Esta obra se desarrolla en
el Castillo de Navacerrada, bueno, yo le pongo que se desarrolla en la estancia
de don Mártires. Y don Mártires pasa a ser entonces el Hidalgo don Rodrigo,
dueño del Castillo. Doña Francisca, la esposa del castellano, se convierte en
Ña Macaria, la esposa de don Mártires. Ruy, el hijo de los castellanos, parte a
guerrear contra los moros. Entonces, yo le pongo que Casiano, hijo - de don
Mártires y doña Macaria, va a pelear en la guerra de la Triple Alianza. Como
Ruy cae prisionero de los moros y es llevado a Córdoba y se enamora de Jazmín
la hija del Sultán, yo pongo que Casiano
cae prisionero en Lomas Valentinas y es llevado a Rio de Janeiro donde
se enamora de la hija don Pedro II.
Y así sucesivamente el
aprovechado autor se va apropiando desvergonzadamente de todo lo que otro
escribió, le cambia de paisaje, de ropaje y de lenguaje, y sale a proclamar
finalmente con aire de salvador de la cultura nacional que está haciendo un
teatro superior, distinto, serio, responsable, con miras de elevación
intelectual, y desde luego, con "rompimiento de los modos
establecidos", con una obra auténticamente nacional,
pero;..Ejem...“inspirada“ en ...ejem.. un tal Lope de Vega.
Es plagio confesado pero
sigue siendo plagio, porque “'inspirarse" en una obra es una cosa,
copiarla con la zurda otra.
Mario Halley Mora - MHM
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