Parece
que estamos en vísperas de una "primavera cinematográfica", con la
posible exhibición de la película "GANDHl", en nuestros cines. Y
hablamos de Primavera, porque la triste realidad es que el espectador paraguayo
ha venido soportando desde mucho tiempo atrás una verdadera sequia cultural,
con programas que cuando no son infantiles, se basan en la pornografía abierta
o encubierta, alentando el mal gusto del público, sin vacilar, incluso, al
cambiar el título de las películas, poniéndolos el agregado de supuestas
"bandas verdes" y calificaciones "sexóticas" que no dejan
de atraer a los débiles mentales que nunca faltan. No está demás agregar, que
semejantes películas, no pasan de ser poco menos que basura desde el punto de
vista de la cultura, de la que participa también el verdadero, genuino y
honesto séptimo arte. La película "GANDHI" es un verdadero tesoro en
el género. Ha ganado Oscares a montones, e incluso, tratándose de un director inglés
y de un primer actor inglés (que ganó un Oscar) se trata de un valiente gesto
de revisionismo histórico que pone en tela de juicio la "grandeza"
del Imperio en su época de esplendor. Es también, la película, una lección de
Historia, y es una lección de militancia, persistencia y sacrificio de un líder
que eligió la paz como arma, y logró la independencia de su Patria. De ahí que
podamos afirmar sin temor a equivocarnos que GANDHI, además de ser una
prodigiosa muestra del séptimo arte, es didáctica, ilustrativa y necesaria en
esta época en que mucha gente piensa que las únicas salidas a las encerronas de
la historia de hoy, se dan solamente en la violencia. De esta suerte, es de interés
general que dicha película se exhiba en nuestras salas, y si el empresario ha
solicitado una suba de las entradas, tiene razón. Por lo bueno hay que pagar, y
si permitimos sin decir "mu" que nos cobren cuatro mil guaraníes para
ir al Estadio a defraudamos hasta el caracú, por qué no hemos de pagar la
octava parte, por dos horas de arte, ilustración, cultura y placer estético. Ojalá,
el legalismo excesivo de nadie ponga trabas a esta justa compensación que pide
el empresario por un espectáculo de calidad y de jerarquía, y que, habiendo
discrepancias, se las salve estableciéndose un día de exhibición con precios
populares, es decir, menor a los 500 guaraníes que pide el exhibidor.
Mario
Halley Mora - MHM
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