Inmensa pena causó en diversos
círculos la muerte de aquel ciudadano de excepción. EI Comercio, la Industria,
el Deporte y la Cultura rindieron banderas enlutadas. Los diarios le dedicaron
sentidos artículos necrológicos, y uno de ellos expreso que la Patria inclinaba
la testa, entristecida por la perdida. Sin embargo, poquísima gente fue al
entierro. Llovió.
Mario Halley Mora – MHM
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