En
la amable reunión, en tomo a la parrilla donde se doraba un pacú, como éramos, todos
hombres casados, se decidió que cada uno aportara una experiencia personal -
marital, sobre lo que NO debería hacer una esposa, para ser la esposa perfecta.
Yo, ojo, me limité a tomar nota, y el resultado es este: 1) No debe recibir al
marido cuando regresa del trabajo, con ruleros en la cabeza y la misma bata que
le regalamos en 1958. 2) Lo mismo con las zapatillas. 3) No sentirse herida ni
celosa por nuestro amor a nuestro perro (o gato, o loro). 4) No roncar cuando
duerme. 5) No miramos con asco si pedimos para el almuerzo locro ipocué, borí
bori o tripa gorda. 6) No usar jamás nuestra maquinita de afeitar para afeitarse
las piernas. 7) No entrar al baño con esponja, estropajo, trapo, y desinfectante
a limpiarlo después que se bañó el marido, como si en vez de bañarse el marido,
se hubiera bañado allí un chancho. 8) No calificar a los amigos del marido
entre buenos, aceptables, malos y réprobos, como si el marido fuese un
escuelero. 9) No decirle a los hijos que "ahora viene tu papá y te va a
arreglar la cuenta", cuando ella misma puede corregir el asunto con un
buen coscorrón. 10) No seguir maquillándose a las 9 menos diez, cuando la
función empieza a las nueve. 11) No decir jamás en público eso de "mi
marido es INCAPAZ de engañarme" (aunque fuera cierto, es asombroso el efecto
destructor sobre el orgullo machista de esta frase inoportuna). 12) No reírse
jamás de la pancita y los rollos del marido cuando está en calzoncillos. Como
es costumbre en nuestro país, en aquella reunión los hombres formaban círculo
aparte y las esposas también. Terminada la lista de quejas, se eligió al más
valiente de los maridos que ofició de portavoz y fue a leerla al grupo de
señoras, que se pusieron a escuchar con cara de" ¿Dónde está la gracia? Terminada
la lectura; inmediatamente las señoras presentes buscaron papel y lápiz
designaron a una secretaria de actas, y se pusieron a su vez a hacer sus
respectiva lista" es decir, la lista de como NO debe comportarse el marido
para ser un marido ideal. Dicha lista está en nuestro poder, se titula: Lo que
Más Me Pudre en mi Marido, y contiene verdadera dinamita, como por ejemplo, una
que dice: "Cuando nos cruzamos con una modelo, el infeliz chupa la panza,
infla el pecho, y suelta disimuladamente mi brazo . . . .” Y cositas parecidas,
que publicaremos por ecuanimidad periodística, en nuestra edición de mañana.
Mario
Halley Mora - MHM
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