Fue tipógrafo impresor durante años.
Para los que no están en el "viejazo" como dice Nico, tipógrafo era
el trabajador grafico que componía un original letra por letra, estampadas en
barritas de hierro, extrayéndolas de un mueble llamado "burro" que
las tenía distribuidas en ordenados casilleros. Letra por letra y línea por línea,
el artículo iba tomando forma, hasta que se lo aprisionaba en la
"rama" y esta iba a servir de matriz en la impresora
"Minerva".
La empresa donde trabajaba Esquivel
se modernizó y trajo impresoras Offset, y al mismo tiempo, jubiló a Esquivel,
dandole en premio de sus cuarenta años de servicio una Minerva manual (el papel
se pone uno a uno en la impresora, y a veces con el papel se vá medio dedo del
impresor distraido) y el "burro" con toda su alhajería de letras,
simbolos y espacios.
Esquivel cumplió el sueño de todo
jubilado. Seguir haciendo por gusto lo que por años vino haciendo por obligación,
componer e imprimir, en una habitación trasera de su casa. También, en cuarenta
años de trabajar en poemas, panfletos, revistitas folclóricas, manifiestos, y
uno que otro librito, tenía escondido el sueño de "pasar al otro
lado", y redactar el mismo los originales que pasaban por sus manos.
Entonces, concibió una publicación
pomposamente llamada "El Pregón" de 16 páginas, del tamaño del famoso
Almanaque Bristol. Debajo del Logotipo, un cliché fabricado por "La Zincográfica",
decía "Semanario de informaciones Generales. Director - Propietario: Cástulo
Esquivel". Lo de "semanario" era una exageración porque entre
hacer tarjetas personales, invitaciones, boletos para "elección de
reina" y talonarios de rifas, además de imprimir textos en el dorso de estampitas
de Primera Comunión, la "capacidad instalada" como se dice ahora, de
la imprentita de don Esquivel era rebasada, y el semanario era veces
quincenario, y casi siempre, mensuario.
Su tirada era de cien ejemplares,
que los vendía el mismo, transitando oficinas y las casas de "colegas escritores",
además de la Redacción de los diarios.
Don Esquivel se fue de este mundo en
los años sesenta. Y de él, conservo dos números de "Pregón". Reseño
el contenido de uno de ellos. Como toda publicación que se precie, tiene un
editorial: "El Olocausto Atómico"
firmado por, desde luego, Cástulo Esquivel. En la Sección "Colaboraciones Hexpotaneas" aparece un verso
"A la Mujer Paraguaya", con "residenta" rimando con
"sedienta", "amor" con "dolor" y
"Paraguay" con "Amambay”. Un mérito es que para "Urutaú",
encontró la rima de "Guyraú“, aunque el segundo pájaro nada tenía que ver
con el texto. Estaba firmada por Matilde Esquivel, presumo hija del Director.
En "Actualidades Politica” aparecía
la semblanza y la foto de un candidato a Presidente de Seccional,
"caballeroso, de recia estirpe republicana, de gran sencibilidad social y benefactor de enfermos y de familias enlutadas",
esto, porque quizás proveía de ataúdes para los correligionarios muertos. No
por malpensado, sospecho que el referido candidato financió esa edición de
"El Pregón", aunque también aparece un artículo: "Decoro del
Foro", con la foto de un abogado y un articulo laudatorio donde se sostenía
que el hombre tenía la "oratoria de Demóstenes
y la sabiduría de Platón". Intuyo que el abogado defendió y ganó un
pleito, sin cobrar nada, para el bueno de don Esquivel. Completaba la edición,
la sección "Correspondencia" con tres cartas que felicitaban a la
revista por la edición anterior, curiosamente, las tres, escritas con el mismo estilo.
A las tres cartas se respondía humildemente y que "ceguiremos en el empeños". Sus anunciantes era la Tienda la Finura
(en la parada de la línea l4). Un Almacén Cabure'i de Anastasia Riveros
(atendida por su propia dueña. Se hacen pastelitos y croquetas a pedido). Relojería
y Yojería (error de imprenta) de Bonifacio Colman (detrás
del Salecianito) "Viandas a
Domicilio de doña Pura González", (al lado de la Comisaria de Pinoza,
Sospecho que ña Pura era la mama del Comisario) Y el material termina en "Exhaltacion Natibista ", con la
publicación de letras de canciones en guaraní y castellano.
¿Por qué lo guardo?. Porque me gusta
coleccionar objetos símbolos, como lámparas de kerosén, tinteros, lapiceras a
plumilla, portasecantes, candeleros de hojalata, marquillas de cigarrillos Alfonso
XIII, o Reina Victoria y cajitas de Fósforos Fuego, objetos con "alma“, en
fin. Y para mi "Pregón" es un símbolo. La realización, con sus vicios
y virtudes, de un sueño humilde, de un proletario que se volvió editor, y de un
impresor que se volvió director y editorialista. Y que posiblemente, al morir, susurró
con el último suspiro; "¡lo hice!"
Mario Halley Hora - MHM
Señor
Corrector: por favor no corrija los errores en cursiva.
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