Personaje: LORETO
A nuestro Loreto no le cabe el tratamiento de "ña"
sino de "don", porque es bien varonil, aunque se trate de un loro
del que me hice amigo, y logre que me
hiciera algunas confidencias que resultan interesantes de escribir. Fue un
domingo de mañana, en casa de su nuevo dueño; cómodamente instalado en un aro,
cuando tuve ocasión de conversar con Loreto, que me relato sus aventuras y
desventuras.
- Agradezco a Dios haber encontrado un nuevo dueño,
porque anteriormente la pase muy mal. Una vida de perro, siendo loro, no es lo más
recomendable para la paz del espíritu. Antes de febrero de 1989, por casi diez
años viví feliz en casa de Don Timoteo, mi
primer dueño, que era activo y fervoroso dirigente, director administrativo
de no recuerdo que Ministerio y por consiguiente, tenía una casa más grande que
el Ministerio mismo. Tenía muchos amigos y generalmente los viernes había
invitados, asado en la parrilla y músicos en el jardín. Yo era el orgullo de mi
dueño, porque me había enseñado a cantar
"ndeiko artillero corazón de acero de mi
Paraguay, león guaraní, soldado guerrero ni el mundo entero na ne
mbojojai". Llegaban los amigos y mi orgulloso dueño me invitaba a cantar,
yo cantaba y la concurrencia aplaudía a rabiar. Mi fama trascendió y llego a oídos
del corazón de acero que una vez vino a escucharme y quedo tan complacido que
me otorgaron un diploma de "Primer Loro del Paraguay". Yo vivía feliz, bien
alimentado, sin mucho cargo de conciencia por la politización de mi arte, hasta
que se produjo el 3 de febrero. Yo no me entere de nada, y empecé a darme cuenta que algo andaba mal
cuando veía a mi dueño cabizbajo y con aire temeroso, y tuve la malísima
ocurrencia de tratar de alegrarle con la polca del artillero corazón de acero
cuando puso cara de espanto, me agarro del cogote, pensé que iba estrangularme,
pero al fin me perdono la vida y fue a arrojarme a la profundidad del patio, en
el gallinero, donde quede confinado. Allí, un gran gallo colorado, creo que
solo colorado de plumas, no se afiliación, quiso tener una nueva experiencia sexual
con mi persona, pero yo le deje bien claro que no venia al encierro por
violador, no merecía el tratamiento correctivo que se acostumbra en las cárceles,
y que debía considerarme un preso político, con los derechos humanos correspondientes.
Me salve de la humillación, pero pase los tres años más aburridos de mi vida,
por más que me hice al fin amigo del
gallo que me permitió tomarme algunas libertades con algunas de las gallinas,
mas complacientes a medida que el gallo se iba poniendo viejo, tal como me
parece que sucede también en el gallinero humano. En fin, querido amigo, nos enteramos
de que nuestro dueño estaba en Tacumbu y un buen día la casa se remato,
gallinero incluido (parece que el director administrativo tenía mucho que devolver). Resultado, se llevaron
todo, menos a mí, dejándome en cruel soledad y sin saber qué hacer. Y eso
cuando se marchaba el ultimo peón, aposte a mi buena suerte y cante lo del
artillero corazón de acero, y lo único que logre fue que me arrojara un
cascote. Habrá sido liberal, el tipo. Me escape a la calle donde estuve a punto
de ser comido por un doberman autoritario y más tarde por un gatazo voraz, y
estaba medio muerto de hambre cuando me recogió una señora gorda, quien llamo
por teléfono a Francesca y la buena chica se ocupo de mi cariñosamente, me
pregunto si quería volver a mi hábitat natural del bosque y yo le dije que
mejor me quedaba en la ciudad, porque según noticias mi hábitat natural del
bosque, ya se lo habían llevado todo los brasileros. Además - le dije - no creía
que mis parientes hubieran sobrevivido al desarrollo agrícola y a la civilización.
La bondadosa Francesca me consiguió al fin un hogar, que es este, cómodo y
seguro donde tengo el honor de estar conversando con un colega.
- Le agradecí a Loreto el honor de ser llamado
colega, aunque no veía qué éramos colegas. A lo cual él me contestó:
- Como verás, desde mi aro puedo ver la televisión y escuchar
la radio de mi dueño, y por si se te olvida, te llamo la atención sobre la gran
memoria de que gozamos los loros, y de nuestro poder de observación. He
recogido bastante material para salir por el mundo en busca del éxito.
- Le exprese mis
dudas sobre las posibilidades que él tenía de ser un loro triunfador, y me
respondió sibilinamente:
- Ocurre que he descubierto que en este país no
triunfan los triunfadores, sino los demagogos y los chantas, a los que la tontería
de la gente otorga patentes de talentosos y de sabios. Y me he pasado largas
horas en vela elaborando mi técnica y mi vocabulario. He visto la tele, he oído
la radio, leí los diarios y como otros plumíferos, saqué mis conclusiones, y
elaboré mi tabla. La técnica es hablar mucho sin decir nada, y el vocabulario es para dejar turulatos y llenos
de admiración a los oyentes. Y así hice mi tabla. Consiste en 30 palabras en
tres columnas:
- El secreto, querido amigo, ya descubierto por otros plumíferos
cínicos como yo, está en que se puede combinar cualquier palabra de la primera
columna con cualquier palabra de la segunda y cualquier palabra de la tercera,
y soltar una frase grandilocuente, olímpica, brillante, que no quiere decir
nada, pero hace pensar a la pobre gente que somos un diccionario viviente, un
erudito de las ciencias modernas, un
profundo conocedor de la ingeniería industrial,
financiera y bancaria, o un máster de Harvard un analista sociológico y económico
de Oxford o de Princeton. De modo que ya sabes, querido amigo, abran paso a
este loro que va a la conquista del mundo.
- Maravillado por la sabiduría de Loreto, le pedí
humildemente una copia de sus treinta palabras, para enriquecer mi colección de
testimonios del vyrorei paraguayo, y venía de regreso a casa conduciendo mi
auto cuando encendí la radio del coche y escuché a un analista que decía: “. .
. todo se reduce a una interacción de
factores, que sólo requieren de endogeneidad para insertarse en el método de
ideas, que se debe estructurar como respuesta a la totalización de la pobreza y
desde luego como alfa y omega de un nuevo criterio matemático y logístico, o
mejor dicho logarítmico supra sociológico, acorde con la tendencia globalizante
de la economía...”
Me sentí frustrado. Pobre Loreto - pensé - te ganaron
de mano.
Mario Halley Mora - MHM
Tabla de Loreto
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Discernizacion
|
Opcional
|
Metafísica
|
Extrapolación
|
Telúrica
|
Retroactiva
|
Yuxtaposición
|
Matemática
|
Ponderada
|
Sistematización
|
Metamorfosica
|
Intraideologica
|
Normalización
|
Universal
|
Disfuncionalizada
|
Disgregación
|
Molecular
|
Antropológica
|
Asociatividad
|
Extemporánea
|
Globalìzante
|
Productividad
|
Acelerada
|
Protoplásmica
|
Motivación
|
Sub-liminal
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Aleatoria
|
Calibración
|
Azarística
|
Descompensada
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