Yo
no sé si este amigo nuestro nos tomo del pelo o qué. Lo cierto es que quiso
contribuir, con “su” historia, a nuestra serie de “historias anodinas”.
Le grabamos y reproducimos (por razones de espacio) con nuestras propias palabras, lo que nos, contó
de sí mismo. "Mi nacimiento mismo - dice- no fue la culminación de una “dulce
espera”, sino de un soberano sobresalto, porque yo estaba viniendo a contramano
del orden y legalidad matrimonial, y según dicen, mi madre fue al altar luciendo
inocultable panza. No tengo ningún lírico recuerdo de mí primer día de escuela,
porque mi mamá estaba enferma y me llevó un tio solterón que me señaló el portón
de la escuela y me dijo bueno anda a buscarle a tu maestra y me dejó solo y
desamparado. Soñé con ser un buen soldado y cuando me tocó el cuartel me
pusieron en un oficina, donde copiaba a maquina interminables listas de galletas,
yerba, locro, reyunos, porotos, etc, y en dos años no vi un fusil. En el
glorioso día de mi colación como bachiller, no fue mi familia, ni yo tampoco,
porque a duras penas pase a Febrero, salve con una cuatro, y mi diploma me
entregó una malhumorada empleada del Ministerio de Educación. No sólo las chicas
sueñan con un esplendoroso casamiento en la Catedral, con muchísimos invitados
y el Ave María y la Marcha Nupcial y todos los aditamentos sociales del caso. También
soñamos los muchachos, pero en mí historia no hubo caso. Mi casamiento fue en
la intimidad "por el luto que guarda la novia" (murió su papá), y la
concurrencia de parientes se mostraba en el punto neutro en que no sabían si
llorar por el pobre ausente o reír con los nuevos, desposados. No recuerdo tampoco
con especial cariño mi Luna de Miel, modesto, en el Hotel del Lago, en San Bernardino.
Los tres días llovió torrencialmente, y si hay algo mas aburrido que aburrirse solo,
es aburrirse entre dos. No tuvimos la soñada casita de toda pareja joven con
flores en el jardín yt pajaritos cantando en la arboleda, porque fuimos a vivir
en el piso alto, de la casa de mi suegra, alajado (es un decir) con los muebles
de fúnebre recuerdo de mi finado suegro. Esperábamos como primer hijo un varón,
y nació una nena, y seguimos “buscando el varón" hasta que dijimos basta con la
cuarta nena. Bien, querido amigo, así es mi “historia anodina” “Te parece que
sirve?”. Pusimos el stop del grabador, pensando que si era cachada, valía la
pena reproducirla, mas no sea que para dar un toque humorístico a nuestra
columna.-
Mario
Halley Mora - MHM
No hay comentarios:
Publicar un comentario