Para
su desgracia, Simeón fue huérfano de padre desde los cinco años. Hijo único de
mama viuda que no ocultaba su deseo de que le naciera una niña, y que cuando nació
Simeón, acepto su mala suerte y se decidió hacer de Simeón todo un caballero,
empezando por hacer de él, desde niño, un caballerito. Bien peinado siempre,
nunca descalzo, con amiguitos escogidos
y nada de juegos en la calle con esa caterva
de niños que salían a jugar en la calle, rompiendo bicicletas, haciendo
volar pandorgas, metiendo un ruido infernal en la vereda con sus patines y sus
gritos, y jugando al futbol sobre el empedrado. El bueno de Simeón se allanaba mansamente
a la dictadura materna, miraba por la ventana
el juego de los demás, suspiraba de
ganas, pero para no crearse problemas, en vez de claudicar a la tentación de la
escapada, volvía adentro, a su lección de piano. La única vez que se reveló fue cuando encontró un hermoso
perrito en la calle y se lo trajo a casa con la ilusión de tener un amigo. Su
madre se negó rotundamente, Simeón lloro, protesto, dijo que lo iba a tener en
el patio y que no se cagaria en la alfombra, pera su mamá se mostro inconmovible.
Simeón se gano una paliza, tuvo que arrodillarse una hora sobre granos de sal
por desobediente y el perrito fue devuelto a la calle.
Simeón,
estudioso, se recibió de bachiller, y empezó a estudiar para arquitecto. Y en
el primer curso conoció a Clara, una compañera
de estudios. Le gustaba los ojos verdes de Clara, su sonrisa, su jovialidad.
Pero mantuvo un tiempo el secreto. Hasta que llegaron los exámenes y Simeón pidió permiso
para estudiar por la noche en casa de un compañero. La mama dijo rotundamente
que no, que no se quedaría despierta hasta la madrugada esperando a su hijo, y
que el compañero viniera a estudiar acá en casa, que "yo les hare café y
bocaditos“. EI compañero que vino, no era compañero, sino compañera, Clara. Que
se quedo hasta la una de la mañana hasta que su hermano vino a buscarla en
coche. Cuando se fue, la mama fue terminante. Su hijo no estudiaría mas con una
tipa noctambula que volvía a su casa a las dos de la mañana. Simeón argumento
que quien la buscaba era el hermano, y la mama respondió con aire de gran sabiduría
del mundanal entorno “Eso es lo que ella dice" El romance con Clara termino, Y la mama da Simeón
tomo nota de que su hijo andaba e afanes sentimentales, y lo vigilo
estrechamente. No estaba criando un hijo modelo para que cayera en brazos de una de esas fulanas atrevidas
que andaban a la pesca de inocentes
Sucesivamente,
la mamá rechazo a Marcela, una programadora de computadora, porque “¿No te
fijaste? Dice que tiene 18 años y tiene cara de por lo menos 25”. Y a María Gloria,
porque " qué necesidad tiene de pintarse como una cortesana y cuando se lave
la cara te vas a encontrar con una ordinaria de nacimiento". Y a Teresa,
porque su padre estaba en la campaña y ella vivía con una tía, que según la
mama averiguo, era divorciada y la "peor elección para tutora de una chica
joven que quien sabe en qué pasos anda con la tía esa"
Ruth,
Matilde, Luisa, fueron candidatas fugaces al amor de Simeón, que no lograron
pasar el celoso filtro materno. Ruth "ha de tener sangre de judío".
"Matilde tiene las encías obscuras de una mulata y dios me libre de tener
un nieto motudo". "Luisa debe tener algún ascendiente loco porque no sé
porque se ríe de cualquier cosa. Esa chica no toma en serio nada, mi hijo".-
Simeón
fue escalando cursos y perdiendo ilusiones románticas. Ya en el cuarto curso
vio rechazada a una sola chica, Rosa “porque su papa salió en el diario como
evasor de divisas”. En el quinto, también su mama rechazo a selva porque “usa
esos vaqueros escandalosos”. A partir de allí, los sueños de Simeón parecieron
congelarse.-
Cuando
por fin se recibió, su mamá le dio la gran sorpresa. Tenía para él la candidata
ideal, y le presento a Celia, nieta de un ex vicepresidente, profesor de
derecho y embajador, y ella misma, con títulos de sicóloga, máster en administración
de empresas y profesora de danzas española y declamación. Todo un portento de
mujer, pero para el gusto de Simeón, tenía todo demasiado, demasiada nariz,
demasiada boca, demasiada alta, demasiada flaca, con su lente de miope demasiado
grueso.-
Además,
aunque la buena de Celia hubiera sido candidata a Miss Paraguay, Simeón tampoco
se hubiera interesado.
Porque
solo estaba esperando el momento oportuno para decirle a su mamá que se
liberaba de una vez por todas, que viviría su vida y su juventud como a él le
gustaba, y abajo la tiranía.
Y
que finalmente, se iría a vivir con el querido Jorge
Mario
Halley Mora - MHM
yo conozco una historia de la vida real igual a ésta, si tan solo la madre de ese hijo hubiera leído este cuento talvés se hubiera ahorrado años de frustración, con este cuento se aplica perfectamente aquél dicho que reza
ResponderEliminarCUALQUIER PARECIDO CON LA VIDA REAL ES PURA COINCIDENCIA