martes, 21 de julio de 2015

Comentarioi: WOLA y HUBERT MATTOS




Hubert Mattos también es parte del dolor (del dolor autentico) de América Latina, en el caso de que se quiera dividir el mundo por zonas geograficas en base a los que gozan poco, o sufren mucho de la falta, de derechos humanos. Hubert Mattos esté en la cárcel desde 1959. Peleo en la Revolución cubana, creyendo en ella, y la rechazo cuando mostro su rostro comunista. Fue como Camilo Cienfuegos, un héroe popular de la Revolución. A Camilo Cienfuegos lo tiraron al mar para que lo comieran Ios tiburones. A Hubert Mattos le toco en suerte vivir, si suerte se puede llamar 18 años de mazmorra obscura, la ceguera por falta de luz, la parálisis por falta de ejercicio. Estábamos esperando la convocatoria de la conferencia de prensa para preguntar a Ia hermana Jo Marie sobre Ias gestiones que esta hacienda Wola, por este preso político, un hombre sí que importante para la democracia porque demostró coraje en el campo de batalla, pasta de luchador, consecuencia con sus principios, y que a pesar de que “su” revolución se volvió comunista, se rebelo contra el comunismo que su alma rechazaba, no contra su Patria, como Io hicieron otros delincuentes menores de llanto fácil. Hubiéramos preguntado si por qué, a pesar de ser tanta, tan larga y tan auténticamente democrática Ia tragedia de Hubert Mattos, Wola no ha hecho nada por él, no ha enviado emisarios a la Habana no ha Leído los panfletos de los cubanos libres, no ha aireado ninguna sentencia condenatoria que acostumbra lanzar el señor Ted Kennedy entre copa y copa.  Pero no nos invitaron a la conferencia de prensa (quizás porque en otra anterior hicimos preguntas muy comprometedoras) y en este país que admira, la auténtica vocación democrática de los legítimos cubanos, el pobrecito Hubert Mattos se quedo sin defensores. Lástima.

Mario Halley Mora - MHM

miércoles, 1 de julio de 2015

Microcuento - PASO DEL TIEMPO

En un tiempo, Ia casa estaba llena de ruidos, de vida y de música. Pero los  cuatro hijos se casaron y fueron a formar nido aparte. La casa quedo presa de ese silencio que  es mas opresivo porque se lo compara con el ruido que enmudeció. Entonces el padre se sintió un poco Unamuno, y decía mirando Ia sala silente, el tocadiscos mudo, las habitaciones ahogadas de ausencia: "Me duele mi casa”.


Mario Halley Mora . MHM