miércoles, 15 de octubre de 2014

Microcuentos: LA VIDA CONTINUA

Llevaba ocho días de enterrado. Al noveno, su viuda se decidió a abrir las ventanas de la casa y entró el sol con un brillo casi irreverente. Por la tarde ella se miro al espejo, se vio pálida y se permitió un toquecito de maquillaje. Un poco después, su hija regreso del Colegio, puso un disco en el combinado y la música saco como a empujones a la tristeza que había estado fermentando en la obscuridad de la casa cerrada. Más tarde, sonó el teléfono y el hijo atendió la llamada de una chica y hubo risas. El olvido había empezado.

Mario Halley Mora – MHM

Microcuentos: 49 ANOS

Cuando cumplí cuarenta y nueve años, mire un álbum y encontré un retrato de mi padre, que murió a los 42. Absurdo y real, allí estaba mi padre, más joven que yo destruyendo una relación que creía eterna. Entonces, me di cuenta que me acababa de recibir de viejo.

Mario Halley Mora – MHM

Microcuentos: EL RIO

Cuando iba rio arriba, divisé desde el barco el ranchito que se alzaba en la costa. Una mujer lavaba ropa, dos chiquillos jugaban en la playita, y el hombre pescaba ia comida del día. Tiempo después, regresando rio abajo, vi que las aguas habían crecido y del ranchito apenas se veía el techo pajizo. Los cuatro se habían marchado a empezar de nuevo. Y entonces pensé que el rio es como la vida: nos alimenta de a poco, y nos come de golpe.

Mario Halley Mora – MHM

Microcuentos: EL FIN DEL MUNDO

Todos lo observatorios astronómicos del mundo, los científicos y las computadoras, confirmaron que el fin del mundo ocurriría dentro de cien años. Cada habitante del planeta suspiro de alivio porque no vería el cataclismo. Y en realidad, ese día, cien años antes, empezó el fin del mundo.

Mario Halley Mora – MHM

Microcuentos: HOMBRE FELIZ

Volvieron los mensajeros e informaron al Rey que el hombre feliz no tenía camisa. Entonces el Rey firmo un Decreto prohibiendo a todos los hombres del reino que usaran camisa. Pero en vez de una epidemia de felicidad hubo otra de pulmonía. Furioso, el Rey hizo ahorcar a los mensajeros por mentirosos.

Mario Halley Mora – MHM

Microcuentos: EXTREMOS

El nieto y el abuelo, sentados en el verde césped, veían pasar el tren, como de juguete, allá en el fondo del valle. El abuelo, que había venido de muchas partes y estaba llegando a destino, se preguntaba: “¿De donde vendrá?". El nieto, que aún tenía que andar todos los caminos, se preguntaba: “¿Adonde ira?".
Mario Halley Mora – MHM

lunes, 6 de octubre de 2014

Microcuentos: EL RIO

Cuando iba rio arriba, divisé desde el barco el ranchito que se alzaba en la costa. Una mujer lavaba ropa, dos chiquillos jugaban en la playita, y el hombre pescaba ia comida del día. Tiempo después, regresando rio abajo, vi que las aguas habían crecido y del ranchito apenas se veía el techo pajizo. Los cuatro se habían marchado a empezar de nuevo. Y entonces pensé que el rio es como la vida: nos alimenta de a poco, y nos come de golpe.
Mario Halley Mora – MHM