lunes, 31 de octubre de 2016

LA PALABRA Y LOS DIAS: LA SIMBIOSIS DEL HOMBRE Y EL MUÑECO

La ficción suele adquirir muchas veces una fuerza persuasiva capaz de inducirle realidad. En Londres puede visitarse en una casa de Baker Street el museo de Sherlock Holmes con la figura de cera increíblemente dotada de una sensación de vida, del genial detective creado por la imaginación de Sir Arthur Conan Doyle y la de su amigo el doctor Watson. El museo está en la planta alta de una típica taberna londinense y es muy visitado. Mirando a través de los cristales pareciera estarse frente al momento inminente de oír decir a Holmes aquella frase peculiar:  "Elemental... Watson". elemental".
Existe pues una simbiosis de lo ficticio y lo real al desaparecer los límites entre ambos conceptos. El autor suele identificarse muy estrechamente con su propio personaje. Le ocurrió a Conan Doyle cuando después de hacer caer a su incomparable pesquisante en un abismo de Suiza, en mortal abrazo con su temible enemigo Moriarty, no pudo resistir la nostalgia de su creación y escribió la forma en que Holmes se salvo. Es patente en los últimos tiempos el caso del Agente 007 y su creador Ian Fleming. Este fue en su juventud agente secreto. En mucho la vida del imaginario agente es la de su creador.
En estos días es latente en el público paraguayo el interés por un diminuto personaje de pasta, hilos y estopa y su acompañante de carne y hueso. Es un caso definido en biología por simbiosis o sea la complementación o interdependencia de dos organismos. El muñeco cuya fascinación sobre la gente menuda y la de barba y pelo en pecho es irresistible, tiene una antigua genealogía. El hombre busca siempre imitar su propia imagen y darle movimiento, como si en eso hallara la contrapartida al dolor y a la frustración de la vida.
Entre los muchos antepasados de Chirolita estará seguramente el incomparable Pinocho, el títere narigudo cuyas andanzas lleno de placer a muchas generaciones. Mas cerca vienen los "piccoli" del italiano Vittorio Podrecca. Estos actuaron en Asunción hace muchos afros para una feria de asombro y maravilla. Interpretaban obras de Pergolessi, Rossini, Massenet, Respighi y otros célebres autores. Son, pues, antepasados de Chirolita esos títeres famosos. Es grafica la definición enciclopédica del vocablo. Transcribimos: "Títere. Figurilla de pasta u otra materia vestida o adornada que se mueve con alguna cuerda o artificio". Pero lamentable es el envilecimiento del vocablo títere por efectos de la guerra y la política. Gobierno títere era una calificación despectiva dada durante la segunda guerra mundial a los alineados con Alemania. Pero el arte ha dignificado el sentido de esa palabra y la ha embellecido para darle frescura de fuente alegre de emociones limpias.
La genealogía es profunda pues parece iniciarse en la India en remotos tiempos. Los griegos, a su vez conocían las neuropastas o cosas dotadas de movimientos por medio de cuerdecitas manipuladas por un operador. Aristóteles menciona los títeres y Horacio asigna el entretenimiento entre los romanos. En los tiempos modernos fueron Signoret, Bouchet y Holden quienes elevaron la calidad del arte. En la Argentina la señora Mane Bernardo logro singulares creaciones.
Chirolita y Mister Chasman comprueban la compenetración del muñeco y del hombre, o sea la ficción y la realidad. El personaje diminuto de pasta y estopa habla a través del arte ventrílocuo de su creador y asociado, pero es el títere quien asume el papel central y su humanidad desbordante desplaza a su animador. Pues la gente ve en los títeres la copia distorsionada de sus propias debilidades cual una caricatura móvil y parlante de la comedia humana. En Chirolita y Míster Chasman asombra, pues, percibir la intensa comunicación entre el muñeco y el hombre. Este había perdido a su esposa al nacer su hijita y meses después fallecía otro miembro de su familia. De profesión linotipista, alimentaba otras aspiraciones y buscando un escape a la soledad dio vida al camarada de pasta, estopa e hilos. El hombre respeta a su creación y a su amigo de correrías artísticas, pues cuando un promotor publicitario le ofreció especular sobre la sensibilidad de la gente con un tramado secuestro del muñeco, rechazo la idea. Los diálogos entre la pareja suelen ser íntimos y confidenciales, o alegres y ligeros, o sensatos y lucidos. Pero como la alegría tiene siempre una dosis de tristeza, los parlamentos de la pareja simbiótica derivan a cada rato en una connotación nostálgica o ausente.
El hombre añora a la compañera ya ida para siempre. El muñeco se duele de serlo y porque al enamorarse de una bonita muchacha la realidad le dice que eso es inocuo porque, obviamente, no es sino un muñeco. Pero con alma, lo creemos. Un alma transmutada a su organismo de estopa y cordeles por el alma de un ser humano. El creador identificado con el mito del personaje, Conan Doyle y Holmes. Allan Poe y sus torturados personajes. lan Fleming y el Agente 007.
Pues lo cautivante de Chirolita y Mister Chasman no está en la perfección técnica arte ventrílocua y la casi robótica que mueve al muñeco. Lo cautivante es la adopción hecha por el muñeco de su propio creador al cual transfiere su emotiva sicología, escapada del mundo de lo ficticio para ser de auténtica, humorística y dolorosa humanidad.

Gerardo Halley Mora

viernes, 14 de octubre de 2016

LA PALABRA Y LOS DIAS: EL CAMINO DEL TABACO

Es indudable que América devolvió a la vieja Europa por cada fruto que de allí trajeron los conquistadores un producto de su vasta geografía. Los españoles aportaron las naranjas y limones. Los españoles los recibieron como herencia de la refinada civilización árabe que permaneció ochocientos años en su país. El limón que conocemos es uno de los frutos mas maravillosos.
En nuestro medio, algunos derivan el nombre popular que se le da, de "lima suti", para sacar la definición equivocada de "limón sutil”. Lo cual no es exacto. Es limón ceutí, es decir, de Ceuta, ciudad morisca ubicada en África frente a las costas de España. Ceutí es gentilicio de Ceuta.
América dio a Europa la papa, o patata, que cultivaban los incas en su imperio. Allá por el siglo 18, un francés la llevo a Europa pero no como producto comestible sino para vender sus flores. Se puso de moda entre los nobles europeos usar flores de papa. Pero descubrieron que era riquísima como alimento. La papa se ha extendido por toda Europa. Algo parecido le paso a los europeos con el jabón, que inventado en Alemania en el siglo seis de la era cristiana se lo usaba solamente como remedio para darse fricciones.
Pero sin duda, una de las cosas más sensacionales que América dio a Europa a cambio de los productos que ella nos mandé, ha sido el tabaco que, según los botánicos, es una planta del género de las nicotianas, de la familia de las solanáceas. Es nuestro fuerte y antaño cotizado pety.
De niños, admirábamos la tarea habilidosa de las manilleras que seleccionaban las hojas y formaban pequeños haces. Luego nos admirábamos aun mas viendo el trabajo de los enfardadores que apretaban los grandes atados con fajas de metal: "zunchos" que les decían. Después las carretas enormes, con toldos, venían chirriando con tres yuntas de bueyes y una larga y emplumada picana llena de cencerros resonantes que ponían en la campiña de Coronel Oviedo, entonces Ajos, una sinfonía bulliciosa. Las carretas dejaban el tabaco a cargo del tren en Villarrica. Nuestro padre comerciante hablaba del tabaco como de un tema apasionante.
Cuando los españoles llegaron a nuestra tierra, los indios fumaban, y no poco asombro sufrieron aquellos rudos conquistadores al ver que la gente echaba humo por la boca y la nariz.
En nuestra tierra, después de las doncellas indígenas, el tabaco fue la cosa que mas gusto a los blancos recién llegados. El nombre guaraní del tabaco, pety, era también el nombre que le daban los indios del Brasil y de la Florida, en la después Norteamérica. Se estima que Juan Ponce de León, marino en la escuadra de Colon, en el segundo viaje, en 1496, llevo semillas de la planta a Portugal y Hernán Cortes también las remitió a Carlos V.
El tabaco se puso de moda en Europa después que el embajador francés en Portugal lo envió a Francia y a otras cortes. Los hombres sabios dicen que el embajador se llamaba Nicot, de ahí nicotina. Sir Walter Raleigh, uno de los famosos piratas ingleses, y Drake, otro filibustero de campanillas, llevaron el tabaco a lnglaterra. Dicen que Sir Walter Raleigh estaba fumando un día al pie de un árbol, en Inglaterra, y echaba humo por boca y nariz. Su criado que nunca había visto semejante cosa creyó que su señor se incendiaba y vino corriendo con un balde de agua que derramo sobre este. ,
Bueno. Todo esto viene al caso ante un anuncio de que el señor Enrique Chaij, una persona muy simpática, dice que puede curar el hábito de fumar en únicamente cinco días. Desde luego, al señor Chaij no le dispensaran su afecto las fábricas de cigarrillos y cigarros.
Los humoristas han explotado hasta el cansancio el tema del dejar de fumar. Las mujeres coquetas fuman para adelgazar. Los intelectuales a la moda fuman, o hacen que fuman en pipa, y luciendo barbas. Todos los fumadores han dejado de hacerlo para siempre por lo menos diez veces. Hay un tango sensual en que una mujer canta, también sensualmente, que espera fumando a su prometido.
Finalmente, con todo el respeto que nos merece el señor Chaij, podemos decir que existe una sentencia del escritor chino Lin Yu Tan, autor de la"Imp0rtancia de vivir" y otros libros difundidos, que refiriéndose al tema del tabaco afirma que quien alardea de haber abandonado el vicio, miente. Porque, dice el filosofo chino, el gremio de fumadores no pierde nada cuando alguien dice haber dejado el vicie de fumar, pues el verdadero fumador jamás abandona el placer del tabaco.

Gerardo Halley Mora

LA PALABRA Y LOS DIAS: EL ALMA DE LOS BARCOS

Un diario argentino ha publicado la crónica del viaje definitivo de un buque conocido por muchos paraguayos.
Este buque era el Washington, que hizo su último viaje al Paraguay el 20 de Abril de 1946. Había sido construido en 1906 en astilleros ingleses. Su porte era el clásico que mantuvieron los antiguos barcos de vapor hasta hace unos 50 anos, es decir, altas chimeneas y grandes ruedas laterales, como esos navíos que vemos en películas de la vida en el Mississippi, del siglo pasado.
El Washington subía y bajaba hasta y desde Asunción, en el tiempo de los llamados buques "paquetes". Cuantos paraguayos viajaron a su bordo, y cuantos recordaran todavía la buena cocina y la buena mesa de esa nave apacible y cachazuda, signo de una época que añoran los viejos. Eran compañeros del Washington otros barcos llamados General Artigas, Bruselas y General Alvear. No fueron exactamente naves gemelas, pero si hermanas, con hogares comunes, los grandes ríos Paraguay, Paraná, Uruguay y de la Plata. Al margen de que el Washington tiene su parte de historia por haber sido uno de los más familiares en nuestro puerto, había hecho también la suya propia.
En setiembre de 1936 salvo a todos los tripulantes de un buque griego que se estaba hundiendo en el Paraná. Y para dar matiz más heroico a su vida, durante la segunda guerra mundial la apacible nave que surcaba nuestro rio se aventuro en el mar, y frente a las costas de Portugal fue detenida por un gran submarino alemán. Los tiesos y severos germanos la registraron encontrando a su bordo a varios centenares de ciudadanos norteamericanos. El comandante alemán exigió que los mismos fuesen trasbordados al submarino pero el capitán del barco mercante se negó. El marino tudesco, impresionado por tanta firmeza, sonríe, saludo cortésmente y se retiro, deseando buen viaje al inofensivo buque.
Este sumo también algo de historia a nuestra ciudad, porque fue su frecuente visitante y trajo y llevo a muchos pasajeros en una época en .que viajar a Buenos Aires era el desiderátum. No como ahora, época de veloces aviones y de fáciles viajeros. Ahora bien, dirá el paciente lector: ¿A cuento de que vienen todas estas cosas? Sencillamente, consiste en la noticia de que hablamos al principio, e informaba que el anciano Washington que había sido vendido a un comerciante en chatarra y estaba anclado en la Vuelta de Rocha, junto al muelle porteño, comenzó de pronto a hundirse como si prefiriera el suicidio a su descuartizamiento. Nada pudo hacerse para evitar el naufragio del buque abandonado, con sus vacios salones y camarotes en los que otrora la vida fue bulliciosa.
Hay quienes sostienen que los buques tienen personalidad y poseen una extraña vida propia. Las historias del mar y del rio hablan de misteriosos navíos fantasmas que aparecen de pronto frente a la proa de los modernos barcos y se diluyen en las sombras de la noche. ¿Fantasías? Hay cosas inasibles para la mente humana, y el hombre prefiere, por eso, considerarlas absurdas.
Finalmente, digamos que de los 3 buques hermanos el Washington era el único sobreviviente, amarrado a un muelle porteño desde 1960, vendido por cualquier suma. De todos modos fue noticia que inducirá a una evocación de tiempos idos a muchas parejas que supieron de su luna de miel quizás en el "paquete" de entonces, o vieron llegar o partir en él a los seres queridos, o disfrutaron o sufrieron en sus salones, cabinas y cubiertas. Porque, cierto es, los barcos tienen una personalidad. Trasciende su espíritu mas allá de sus frías estructuras de metal o madera  anidan un alma y se contagian de humanidad.
Extraño sentimiento que muchas personas experimentan frente a los barcos, y que tal vez puedan explicarlo los navegantes.

Gerardo Halley Mora

lunes, 10 de octubre de 2016

Teatro: EL ULTIMO CAUDILLO


Teatro: LA PROMESERA DE CAACUPE


Teatro: LOMA TARUMA


Teatro: MI GRILLO Y YO


teatro: LOS COMPADRES DETECTIVES


Teatro: EL GRAN BORRACHO



Teatro: EL SACRISTAN


teatro: EL MARIDO DE SU VIUDA


Teatro: EL SOLTERON


Teatro: LA COLACION


Teatro: CHIQUITO PEREIRA EL MAS GALLO DE PASO LORETO


Teatro: EN BUSCA DE MARIA


Teatro: DESPEDIDA DE SOLTERO



miércoles, 5 de octubre de 2016

LA PALABRA Y LOS DIAS: EL ESLOGAN

Bien dicen que un idioma es el trasunto de una civilización y una cultura y el resumen de los adelantos técnicos, mecánicos y de otro orden. Por eso hay idiomas con absoluta incapacidad para expresar ideas cinticas, conceptos técnicos o explicaciones mecánicas y abstractas. Al mismo tiempo, el avance constante de la civilización ha ido creando vocablos como las siglas, que se forman por aglutinación de las iniciales de una frase larga, casos del radar y el laser.
Existen también palabras de curso cada vez más corriente y de origen extranjero. Una de ellas es “slogan”*, tan usada en todo momento en propaganda y publicidad. Pues bien, el vocablo inglés “slogan” hace tiempo ha tomado carta de ciudadanía en nuestro ambiente. Por lo que quizás no sea pedantesco formular algunas apreciaciones sobre la misma. El origen del término proviene de los antiguos guerreros montañeses de Escocia, los famosos “highlanders” o habitantes de tierras altas. “Slogan” era denominado el grito de combate o de llamada que aquellos se transmitían de roca en roca cuando salían en campaña. Algo así como la frase de batalla, el lema que convoca a la acción. Ejemplos de “slogans” pueden ser considerados muchos formulados a lo largo de la historia. En el siglo once el religioso francés Pedro El Ermitaño predico la Primera Cruzada y su “slogan” o lema era así: “DIOS LO QUIERE. . .” Esta frase de fuerte sentido místico era repetida constantemente por el predicador en sus arengas a través de las ciudades de la Europa Medioeval. Uno de los mejores “slogans” que se conocen fue creado por Julio César, después de haber vencido al Rey Farnaces del Ponto. Luego de la victoria el gran romano se presento ante el Senado y dijo concisa y lacónicamente, “Veni, Vidi, Vici” o sea, "Vine, Vi, Vencí". Esta frase es de notable fuerza y concisión.
Alejandro Magno, tenía en las batallas libradas en sus campañas bélicas el siguiente lema, en la forma de una arenga dirigida a los soldados macedonios: “Si avanzo, seguidme, si retrocedo matadme, si soy traicionado, vengadme...” De Alejandro Magno, rey de Macedonia, decía Demóstenes que era un muchacho atolondrado. Pero su arenga fue electrizante.
Otro de los célebres “slogans” conocidos en el mundo lo formulo Catón, el Censor, elocuente orador romano, quien visito a la famosa ciudad fenicia de Cartago y quedé impresionado por su riqueza, fuerza y esplendor. Catón, que había sido llamado a la ciudad africana para mediar en un litigio político allí existente no demostró demasiada ecuanimidad cuando se dirigió al Senado de Roma, armando que Cartago era enemiga en potencia del imperio de los Césares. Pronuncio varios discursos sobre este tema terminando siempre sus alocuciones con este “slogan”: “Delenda est Cartago” o sea, “hay que destruir Cartago”. Roma impresionada por la frase desato la guerra púnica y así, un “slogan” torció el curso de la historia destruyéndose la poderosa civilización fenicia rival de Roma.
James Monroe, presidente norteamericano del siglo pasado, impresionado por la amenaza europea de reconquistar las colonias del Nuevo Mundo, creo el lema “América para los Americanos”. Un político argentino acuño otra frase rectificadora. Fue Sáenz Pena con su “slogan”... “América para la humanidad”.
Durante la primera guerra mundial los norteamericanos repitieron hasta la saciedad el lema de: “...La guerra que acabara con las guerras”. Un estimulo muy directo, sin duda, al deseo de paz. Y en la segunda guerra mundial la propaganda aliada hizo suya el repetidísimo “slogan”... “Hacia un mundo mejor”.
Cuando el ataque japonés a Pearl Harbor los norteamericanos plasmaron su deseo de desquite en este “slogan”...“Remember Pearl Harbor”, o sea “Recordad Pearl Harbor”. . . La frase iba impresa en afiches y grabada en discos. Hasta se compuso un foxtrot que luego fue muy popular con. este estribillo. Tanto fue así que el 17 de diciembre de 1944 en que se cumplían tres años del asalto japonés a la base naval norteamericana las firmas comerciales de Nueva York fueron solicitadas para que sus telefonistas atendiesen con la frase “Recordad Pearl Harbor”.
Estos ejemplos demuestran como una frase inteligente, un “slogan”, puede tener una fuerza tan dinámica no solamente en la promoción comercial sino también en el campo de las ideas, la política, la guerra y toda otra actividad humana. Por eso, crear un “slogan” de efecto es tarea propia de mentes aguzadas y de percepción sicológica, para mover los resortes de las emociones humanas.
Gerardo Halley  Mora
* Recientemente, se ha incluido el vocablo ESLOGAN en el Dicc. Castellano (N del A)


LA PALABRA Y LOS DIAS: DESCUBRIR ASUNCION

Hay una bella canción nativa cuyo título es “Paraguay-pe”, en Asunción, en el elegante idioma de señores que es nuestro castellano. La misma es original del vate de los cantos sentidos, Manuel Ortiz Guerrero, en música de Flores. En sus letras que se prenden a la cadenciosa y nostálgica melodía se arrastra una lenta y desvaída postal del pasado, una imagen de la ciudad, seguramente la que fue allá por el año 30, en que se incluyen la Escalinata, que por aquella época, cuentan los papás, mamas y abuelos, era el asombro de todos; la Plaza Uruguaya, el “mangrullo” o sea el actual Parque Carlos Antonio López y otros puntos de nuestra entonces un tanto mística urbe.
La canción, bonita y dulce, es como una antigua y un tanto borrosa evocación, porque, sin duda, la ciudad ha ido perdiendo sus tipos y costumbres, sus edificios de antaño al correr de la transformación que impone el tiempo.
Otra estampa típica y querida que se aleja son las burreras, cada día más escasas. Las vendedoras se han motorizado, sobre la base de los llamados camiones mixtos que las traen y llevan desde los pueblos vecinos hasta el mercado, y do regreso. Tampoco es ya muy común ver a la vendedora que lleva sobre su cabeza, en raro equilibrio, la canasta llena de frutos. Pero éstos son temas para otros comentarios.
Queremos mencionar mas bien, como decíamos, otros motivos dela ciudad que se van perdiendo a influjos de la evolución de las costumbres y hasta por fenómenos de transformación económica.
Por ejemplo, el almacén de barrio, ubicado estratégicamente en la esquina, con su variedad de sencillos artículos. Hoy lo reemplaza el “Supermercado” de luces fluorescentes y provisto de grandes refrigeradores. El clásico papel de estraza del envoltorio ha sido suplantado por los envases de polietileno. Y últimamente, el humilde y desnudo pan ha comenzado a vestirse con un atildado impermeable.
Sin embargo, el tradicional almacén subsiste en algunas esquinas con sus antiguos estantes, su vetusto mostrador y su viejo almacenero. Pero ira cediendo más y más posiciones.
Mientras tanto, en los viejos almacenes que subsisten se puede ver todavía la balanza antigua con sus platos abollados y, a lo mejor, una caja registradora de principios de siglo y cuyo funcionamiento es como el de nuestras provectas pero heroicas locomotoras, y hasta puede verse también ese letrerito que vaya a saber quién invento, y constituía como una burlona advertencia para los clientes morosos con aquello de “hoy no se fía... mañana sí”. Un mañana siempre postergado por la vigencia diaria del letrerito de marras.
Estas cosas y muchas más las ve el ciudadano que dejando de lado el apuro con que hoy se vive decide ir a pie hasta el centro o venir desde allí hasta la periferia urbana. Porque no hay nada más agradable ni más revelador y usted puede probarlo, que dejar en casa el automóvil, si lo tiene, o resolver no utilizar el vehículo colectivo, para ir caminando.
Usted se dará cuenta de que comienza a descubrir su ciudad, a pesar de que esté viviendo en ella desde hace tiempo. Notaré que por pasar a 60 kilómetros por hora, ignora prácticamente ese barrio nuevo, esa curiosa construcción, ese notable jardín, esa calle evocadora o ese hermoso edificio antiguo tan familiar pero que hace tiempo no ve...
Los asuncenos tienen mucho que redescubrir o mucho que ver otra vez para evocar amables momentos. Por eso, caminar, especialmente en los días soleados del invierno es pasatiempo favorito de quien quiere disfrutar un sencillo goce y permite percatarse andando a pie de lo realmente bella, dulce y cautivante que es esta nuestra Asunción, en donde discurrió nuestra infancia.
Haga usted la prueba, amiga, amigo lector. Camine y visite barrios o, en su propio barrio, vea las estampas del pasado como el viejo y cordial almacén que daba caramelos de “yapa” y agua fría gratis.
Gerardo Halley Mora

martes, 4 de octubre de 2016

LA PALABRA Y LOS DIAS: EL MAR, BELLEZA Y CRUELDAD

El mar, ese inmenso ámbito cuya extensión supera ampliamente al de la superficie solida de nuestro planeta, ha sido el escenario propicio para los grandes dramas y para el planteamiento de incontables misterios Nuestro mundo está dominado por la presencia del mar. Por algo se le llama el globo terráqueo, es decir, un mundo de tierra y agua. El mar ha sido y es para el hombre un motivo de meditación temerosa y es igualmente la esperanza de la humanidad, frente al agotamiento acelerado de las tierras cultivables y de la disminución del agua en las extensiones terrestres.
El mar tiene sus bellezas y sus monstruos. Desde las míticas sirenas perseguidoras de las naves de Ulises con su canto adormecedor. El héroe helénico dispuso una medida heroica para no sucumbir, él  y sus marinos, ante la seducción de aquellos seres maravillosos, mitad beldades y mitad peces... Se hizo atar él y ordeno se hiciese lo mismo con los demás compañeros de viaje, a los palos de los barcos.
Los monstruos del mar son descritos en ese libro incomparable de Herman Melville llevado al celuloide, "MOBY DlCK", la historia de una enorme ballena blanca cuya persecución lleva a los hombres a la perdición de sí mismos y del gigante del océano.
En la historia quiere ubicarse siempre el florecer de las más avanzadas civilizaciones en aquellas republicas o reinos ubicados sobre el mar. Recordamos haber leído alguna vez un pensamiento cuya esencia hace reflexionar.
Según este, los pueblos que habitan en las orillas del mar y dedicados a cultivar el trigo son los más señeros en cuanto a su cultura y civilización. En el primer libro de la Biblia, el Génesis, hay un párrafo lleno de grandiosa y enigmática poesía, cuya magia lleva a la mente por Insospechados territorios, cuando se lee aquello de que en el principio de las cosas, las aguas lo cubrían todo y por encima de ellas flotaba un maravilloso espíritu creador.
Pues bien, el mar también tiene sus misterios. Hasta hoy día, es mejor conocida la rocosa y solitaria superficie de la Luna y no el seno del mar, cuya pavorosa hondura llega a más de diez mil metros en algunas zonas del Caribe. Un sabio francés, Picard, solía realizar audaces incursiones acuáticas en una hermética campana y retomaba embriagado por la belleza de los panoramas submarinos, y también espantado ante los deformes e inquietantes monstruos de las tinieblas jamás alcanzadas por la luz solar. Ya Julio Verne en sus "VEINTE MIL LEGUAS DE VIAJE SUBMARINO" se había anticipado en la ficción a las muy reales exploraciones del sabio Picard.
En esa novela las descripciones del doctor Aronnak, prisionero a bordo del poderoso "NAUTlLUS", y del misterioso capitán Nemo, llevan al lector al conocimiento del mundo del agua salada.
Fue también de un escritor, sin duda, eso cuya descripción esta en los textos bíblicos. Lo de Jonás, tragado por una ballena o un leviatán. Pues el mar tiene también sus dramas y tragedias esparcidos a lo largo del tiempo en su inmenso y movible escenario. Dramas y tragedias a veces envueltas en el misterio, como el caso hasta ahora indescifrable del velero "MARY CELESTE", hallado en mitad del Atlántico sin un alma a bordo, pero con los camarotes perfectamente arreglados, las mesas tendidas, y los platos servidos, las sillas y otros muebles en su lugar. ¿Qué se hizo de los pasajeros y tripulantes?
Jamás pudo saberse. Pero ese es apenas uno de los enigmas del mar. Hará unos 20 años un abordaje al estilo de la clásica piratería hizo víctima de una nave norteamericana en aguas del Asia. El episodio presenta carácter de drama, aunque no de misterio. Pero hace poco, el mar fue escenario de dos verdaderos misterios y dos tragedias.
Dos modernos submarinos, uno francés, otro israelí, marchan por el Mediterráneo. Sus transmisores dan paso a paso su posición a los monitores terrestres. De pronto, el silencio descarga su tajante cuchilla. Angustia, conjeturas, ominosas sospechas entre las naciones. El mar, encrespado apenas expone alguna capa de petróleo.
Minerva, se llama el submarino francés, nombre de mitología, la diosa de las leyendas griegas nacida de Júpiter, o de una nube, o a orillas del rio Tritón, pues los cronistas no se pusieron de acuerdo. Lo cierto es que el culto de Minerva floreció sobre las civilizaciones del Mediterráneo, en cuyo seno el submarino así llamado se perdió. . .
Dakar, o Tiburón, se llama la nave israelí también desaparecida. Nombre mitológico, al igual que TITANIC, tragedia clásica del mar.
Hace unos años, extraña coincidencia, en setiembre de 1966 para ser más exactos, se hundió en el Mar del Norte el submarino de Alemania Occidental llamado "Hai" (tiburón en castellano). Es un dato suficiente para estimular la imaginación de quienes asociar ciertos nombres con determinados hechos.
Pero como este no es nuestro propósito refirámonos únicamente a estos misterios y también tragedias. En "Los Trabajadores del Mar" Víctor Hugo describe la furia de las aguas y su repentina mansedumbre. Porque el mar es así. Origen de la vida y quizás sostén de ella en un futuro cercano, brinda al hombre sus riquezas y le da su alimento y, también le priva de sus seres queridos o arrasa sus ciudades. "MAR CRUEL" es otro libro de mucho éxito aparecido no hace mucho en Estados Unidos con desgarradoras historias de naufragios.
El mar, benéfico y terrible al mismo tiempo suma a sus misterios y tragedias la angustiosa incógnita de los tres submarinos perdidos.

Gerardo Halley Mora

LA PALABRA Y LOS DIAS: SE FUERON LAS PALOMAS

Hasta no hace mucho tiempo era espectáculo frecuente en las calles y plazas de Asunción la presencia de bandadas de palomas posadas en el suelo. Uno caminaba entre ellas y las aves, mansas y confiadas, no se espantaban. Se podía ver en las tardes a viejecitas o viejecitos dándoles de comer. Y el cielo de la urbe era cruzado en las horas del crepúsculo por bandadas de estos animalitos. Había palomas grises, pardas y, a veces, blancas. Eran unos menudos habitantes de nuestra urbe y ponían una nota amable en el panorama de la misma.
Ahora es poco frecuente verlas picoteando en el suelo de las plazas o en las avenidas. Sin embargo, existe una importante bandada en una licorería ubicada en la calle Presidente Franco a la altura de Colon. Allí se camina entre las palomas, en medio de un batir de alas y el característico susurro de los simpáticos seres alados. Se preguntaría el observador porqué la ausencia de estos de los sitios en donde habitualmente los veíamos. Pudiera ser la persecución desatada por pequeños véndalos y también grandulones armados de hondas de goma o piedras. Hay una firme creencia en personas ancianas de que la came de paloma rejuvenece. Otra teoría: existen quienes se solazan con la came de paloma para guisados y para acompañar polentas.
Se atribuía en ciertas ciudades y a determinados inmigrantes la caza de gorriones para adobar sus platos típicos. Desde luego, palomas y gorriones son aves inmigrantes traídas de Europa. El gorrión llego al Rio de la Plata afines del silo pasado acompañando a un viajero italiano. De un par de parejas se propago por millones e invadió la Argentina, el Paraguay, el Uruguay, Brasil y Chile.
Hoy día se persigue al pajarillo de corbata negra porque es una plaga de la agricultura. Pero la paloma no lo es tanto y, además, es un ave integrada dentro de una heráldica llena casi siempre de felices simbolismos. Se le asocia comúnmente con la paz y esto le viene seguramente de la vez cuando Noé, en pleno diluvio, soltó una o dos palomas desde su arca y éstas volvieron con una rama de olivo en el pico, señal del descenso de las aguas. La paloma significa siempre mansedumbre y dulzura, contrariamente al águila y al halcón, sinónimos de fiereza. Salomón, el rey poeta, en los sensuales y cálidos párrafos del Cantar de los Cantares, compara a la esposa con una dulce paloma. Los asirios decían que al morir Semiramis su alma había volado al cielo en la forma de esa ave.
Sin embargo, no siempre se uso el volador animalito para fines pacíficos y benéficos o como símbolo de lo bueno y lo bello. Pues, esta ave tiene la notable facultad, no común en otras especies, de ser un veloz e infalible mensajero por su instinto de orientación asombroso.
Así, cuando la derrota de Napoleón en Waterloo, los famosos banqueros Rothschild recibieron la noticia del desastre por medio de una paloma mensajera despachada por su agente comercial. Los Rothschild supieron la información con tres días de anticipación sobre sus demás competidores y esto les permitió efectuar grandes especulaciones en la Bolsa. Gracias a ello aumentaron aun más su enorme fortuna. Por esa época no se conocía el telégrafo.
En la segunda guerra mundial las aves salvaron la vida de numerosos aviadores caídos al mar. Ellas eran llevadas en los aparatos y se las soltaba cuando la maquina era derribada. Las palomas, poseedoras de una capacidad de orientación asombrosa volvían a la base y así se conocía el infausto suceso. Los aliados y los alemanes contaron en esa contienda con unas quinientas mil palomas mensajeras para fines bélicos.
De esta forma fueron también utilizadas para la guerra con lo que su simbolismo de paz quedaba un tanto mal parado.
Uno de los ejércitos que cultiva intensamente el adiestramiento de las palomas mensajeras es el de la Argentina. Esta puede volar a una velocidad promedio de 170 kilómetros por hora o sea casi como un pequeño avión. Asombra que un organismo tan frágil sea capaz de esto.
Los mensajes llevados por estas fechas vivas son difíciles de interceptar y son más seguras que la radio cuyas ondas pueden ser captadas o interferidas.
El arte o deporte de lanzar palomas mensajeras se denomina colombofilia y es antiguo, y el periodismo le debe mucho. El fundador de la famosa agencia inglesa de noticias Reuter enviaba y recibía noticias desde Paris, Berlín y Londres por medio de palomas mensajeras, y de esta forma gano mucho dinero vendiéndole esas noticias a los diarios en la época anterior al telégrafo.
Durante la guerra de Cuba entre España y Estados Unidos las palomas mensajeras iban y venían a través del estrecho de Florida con los informes de los corresponsales. La inocente ave, pues, ha sido utilizada con fines guerreros, comerciales, informativos y de todo orden.
Y en todo esto el hombre explota y aprovecha para su beneficio los instintos más notorios del animal. Pues el infalible acierto con que la paloma llega a destino es su cálido afecto hogareño por el palomar en donde vive y esta su amor.
Mientras tanto, como otra de las cosas idas de Asunción, se siente la nostalgia de las palomas, en sus plazas y paseos. Las bandadas de estas aves ya no cruzan hoy día el cielo de la ciudad, y sus antiguos campanarios también sienten su ausencia.

Gerardo Halley Mora

lunes, 3 de octubre de 2016

Puerto YEPEPI

Cuando aquel amigo se refirió a una localidad llamada “Puerto Yepepí”, creí que me hacía una broma.
Pero averiguando con otras personas, me aseguraron que realmente existe, sobre el río Paraguay.
Me pareció raro, porque a quien no conoce guaraní, le informamos que “yepepí” es el acto, esencialmente femenino, de levantarse las polleras y mostrar la ropa íntima, o a falta de ella, lo que debería esconder, a manera de invitación, desafío o burla.
Precisamente, ese significado de la palabreja es lo que me sumió en el desconcierto, pero las cosas se aclararon para mí, cuando un veterano de la Guerra del Chaco me explicó que el nombre venía de cuando los bulliciosos barcos navegaban aguas arriba, llevando tropas para el combate, allá en las soledades de la Región Occidental, y remontando el río Paraguay.
Me contaba el veterano que en el lugar que es hoy el Puerto Yepepí, innumerables mujeres, que lavaban ropa en las aguas del río, recibían el estruendoso saludo de los soldados, y uno que otro piropo de subido color.
En respuesta –me decía el veterano- las mujeres no se quedaban atrás, y haciendo el yepepí de sus polleras, exhibían los dones del amor de los que los valientes soldaditos se verían privados vaya a saber por cuánto tiempo.
Por encima de lo pintoresco de este intercambio de ánimos juveniles, se puede encontrar un significado profundo. Y el denominador común era la alegría, incluso, una inocencia raigal de aquellos muchachos que iban a la guerra sin tristezas ni miedos, sino con espíritu festivo, y también inocencia en aquellas mujeres que parecían querer que aquellos hombres de su tierra, que quizás iban a morir, llevaran en sus retinas la promesa y la invitación de un amor cálido en floración de sangre joven.
No había, entonces, en aquellos intercambios nada feo, sino sencillamente la intensidad de una raza que vive la pasión de su clima y de su naturaleza.
En Asunción quizás, más culta, más paqueta y más refinada, fuera el vuelo de pañuelos modosos, pero allá en la calidez de la campiña bañada por el río, la espontaneidad de una invitación y una promesa surgidas de una desinhibición inocente, sin la mancilla del erotismo deliberado que vemos en otros estamentos más sofisticados de las relaciones humanas.
No se trataba, por cierto, de la solemnidad de la madre espartana que despedía al hijo que iba a la guerra diciéndole que vuelva victorioso o muerto sobre su escudo.
Era sí, otro tipo de despedida en la que el combatiente llevaba en su espíritu aquella promesa de amor y fecundidad insita en el “yepepi” y que adquiría significado profundo ante la presencia de la muerte que tendía sus alas como telón de fondo para la llamada, el desafío, la invitación y la incitación del acto de amor, más que simbólico en aquellos casos.
Alguna vez navegaré por el río Paraguay, y pediré a los baqueanos que me muestren el Puerto Yepepí. Quizás allí ya no haya mujeres que laven la ropa en la costa del río, o si los hay, hayan olvidado el gesto aquel que era una suerte de contribución al esfuerzo bélico, porque acentuaba la feminidad de aquella que esperaba y la masculinidad del que iba a combatir, quizás a morir.
Entonces, allí, frente a Puerto Yepepí, recordaré a aquella gente sencilla y sin falsas modestias que pertenecieron a una generación que no le temió a la guerra, a ella fue y la ganó.
Rendiré homenaje al soldado, y a la doncella de muslos morenos que parecía ofrecer otra victoria al soldado que no regresaría vencido ni muerto sobre su escudo, sino a seguir luchando, trabajando, amando y multiplicando la milagrosa simiente de nuestra raza paraguaya.
Mario Halley Mora - MHM