sábado, 10 de diciembre de 2022

 Poema del Abuelo.

No me quites la ilusión. Mis años finales 

quiero vivirlos en paz, 

con mis buenos recuerdos 

y mis muchas tristezas....


No, no se trata de bienes o dinero...

se trata de sentirme vivo entre los míos y 

con quiénes quiero...


No me abandones...

protejeme de la hipocresia de muchos

de la codicia de algunos...


A cambio

prometo partir en silencio,

sin molestar mucho,

lleno de gratitud 

y de esa callada Dignidad de los Abuelos.


De Pedro Halley Merlo , hijo de Don Mario Halley Mora

viernes, 25 de noviembre de 2022

Cuento SEÑALES

CUENTO : Señales. Ella no creía en nada, menos en señales. Su vida había sido pálida, porque su amor nunca llegó, a causa de albergar un exigente corazón. Pensaba que todo el mundo equivocado estaba, no creía en las personas, tampoco en el destino ni en el azar, no tenía religión ni a nadie a quien rezar. Si, creía en su Lolita, compañera incondicional. Caniche blanco, ya media sorda, que sólo respondía a la voz de su dueña, cuando a lo lejos la oía gritar. Un nublado viernes, Lolita siguió a la Doña, cuando a la despensa galletas iba a comprar. Cruzó elegante aquel camino, más no escuchó la bocina de la moto de Don Balbino, y mal herida a la veterinaria fue a parar. Tanto tiempo parada y preocupada, ya la Doña acalambrada, luego de una larga espera, el Doctor la hizo pasar. Lolita, sufría tratando de respirar. -La vamos a dejar acá- dijo el Doctor. -vaya a casa Doña, vaya a rezar- -está viejita su perrita, no sabemos que puede pasar- Angustiada y sola volvió caminando a su hogar. Se sentó en el mismo lugar, donde con ella miraba la luna, en una silla de mimbre, que al mecerse parecía llorar. Se sintió muy sola, a sus pies no estaba Lola. -No tengo nada que perder- se dijo. Y derramando lágrimas, recordando a su cachorra, entabló sincera y profunda charla, esperando que alguien la escuchara ahí arriba, susurrando triste por la salud de Lola, para que se recupere, para que viva. Cielo negro y oscuro, como ella sentía su alma, había mucho viento, los grillos del patio cantaban. De hombros contraídos y el pecho chiquito de angustia, pidió mil veces por ella. Cansada de llorar, llorar por Lola, y por miles de otras penas, levanta al cielo la frente, y descubre una luz, fuerte, grande y brillante, que por primera vez aparece. ¿Es una señal?-se pregunta. La Doña se aferra y se agarra fuerte a la idea. Que alguien desde lo alto, le había regalado una pizca de esperanza, y con ojitos llorosos, relaja un poquito su frente arrugada, se acuesta y descansa. Hoy la Doña está contenta. Lola volvió a la casa, por supuesto un poco más sorda, y con un nuevo andar medio chueco, por la casa alegría desborda. Y al salir las estrellas se sientan juntas, y la vieja mecedora de mimbre canta. En silencio ella agradece mirando fijo a su lucero, con ojitos cansados más nunca tan felices, ya que para las dos a cambiado el mundo entero. Este astro, descubierto por ella, en un momento de desespero y pena, no era otra cosa, que una nueva antena de la compañía telefónica, que ampliaba su área de cobertura, cruzando el camino, recientemente instalada en el pueblo vecino. Más cuando esta Señora se enteró, no le importó. Ella decidió creer, en las personas, en las señales, y todas las noches juntas, Lola y la Doña esperan su aparecer. Fin . DE JAZMIN BARRAIL MURCIA NIETA DE MARIO HALLEY MORA

miércoles, 9 de noviembre de 2022

CUENTO : Falta Poco

Cuento “Falta Poco” de Jazmín Resulta que estaba un poco cansada, agotada física y mentalmente de buscar el mejor camino para subir. Mi mochilita estaba un poco pesada. Cómo nos costaba pisar esos cantorodados chiquitos! hacían que sea muy difícil pisar firme y avanzar ! Tropezamos mucho. Entonces dijimos... basta!!...y nos sentamos bajo un mango. Decidimos dejar de mirar para adelante, aquella cumbre que parecía lejana, en ese momento nos pareció imposible. Al apoyar nuestras espaldas por aquel gran tronco, respiramos profundo tratando de aprovechar el aire fresco . Fue en el mismo instante que los dos quedamos maravillados, desde esa altura podíamos ver todo lo que habíamos recorrido. Era muchísimo! Tanto caminar mirando derechito al futuro, nos dejó sin tiempo de poder ver lo recorrido. Se veían terrenos arenosos, otros más verdes y algunos bien pedregosos. Lo que tenían en común todos, eran nuestras pisadas, bien fuertes, bien marcadas, bien juntas. Recordamos lugares y personas maravillosas que conocimos desde el día que partimos, y después de mucho marchar sin parar, el descanso nos permitió sentirnos orgullosos y agradecidos. Aprovechamos para alivianar la mochilita sacando lo que no servía. Esa sensación de que estábamos en buen camino y que nuestra travesía se volvía cada vez más rica a medida que avanzábamos, nos cargó con energía pura para levantarnos y continuar. Cuando volvíamos al camino, sacó un papelito donde con sus manitos escribió DESCANSAR, Y me pidió guardarlo en la mochilita, como ingrediente principal de la fórmula para esa píldora Mágica que salimos a buscar. Chau mango, dijo él. de JAZMIN BARRAL HALLEY DE MURCIA -NIETA DE MARIO HALLEY MORA