miércoles, 1 de agosto de 2018

Carta al lector: GENOCIDIO


El Genocidio parece ser la maldad de moda en nuestro tiempo, y como gente servil de aquí adentro, y gente mercenaria de allá afuera necesitan de un argumento para herir a nuestro país, han reavivado de nuevo la especie del “Genocidio de Indígenas en el Paraguay”. 
En nuestro diario, dicha mentira está recibiendo cumplida respuesta. Pero al margen de la importancia local de este nuevo episodio, nos preguntamos nosotros si aquellos que en Estados Unidos proclaman que ya no quieren ser “gendarmes del mundo”, pero se han convertido en “Jueces (gratuitos) del Mundo”, qué han dicho de los otros genocidios que en el cercano pasado y en el presente se están produciendo. 
Genocidio perpetraron, en escalofriante escala, los rusos después de la II Guerra Mundial con los pueblos de origen germánico que Vivian en sus fronteras. Y contra los ucranianos que saludaron como libertadoras a las tropas alemanas, y contra los lituanos que no querían perder su independencia. Genocidio contra indios han cometido los mismos americanos exterminando las tribus aborígenes y apropiándose de sus tierras. Genocidio contra blancos perpetraron las guerrillas rojas la semana pasada en el Zaire. Genocidio contra 3 millones de amarillos el año pasado en Camboya, caído bajo el poder rojo, y genocidio contra negros está cometiendo hoy mismo Fidel Castro, a quien en México, toda la prensa está acusando de formar sus fuerzas expedicionarias al África con los cubanos de raza negra, mayoría molesta a la que se está enviando al matadero africano, mientras que, según comprueba el Instituto Anticomunista Latinoamericano, cien mil negros están concentrados en Camagüey, a 20 millas de La Habana, en Pinar del Rio, Isla de Pinos, Matanzas y Sacti Espíritu, listos para servir de carne de cañón a la aventura comunista en África. 
Estos son hechos comprobados de genocidio, ante los cuales, los “jueces” radicalizados (?) de Washington callan, mientras por otro lado, aferrándose a escurridizos “testimonios” de enemigos del Paraguay, provocan un “lata parara mundial” sobre el “Genocidio en nuestro país”. Mientras tanto, como diría el Ministro Samaniego, aquí, en el Paraguay, “los muertos que ellos matan, gozan de buena salud”.
Mario Halley Mora - MHM

Carta 30 mayo 1978


martes, 20 de marzo de 2018

Comentario i: Inspiracion

Inspirarse en una obra ajena, no es copiarla, ni sacarle un vestido de época original y vestirla con otro. 
Inspirarse quiere decir, a lo sumo, tomar la idea central y el ahora en torno a ella la versión de que la propia imaginación es capaz. 
Grandes amores, terribles dramas, tremebundas angustias existenciales como las que aflora en Hamlet y la calavera, han sido asentados como momentos clásicos y cumbres del Teatro universal, y han servido a la inspiración ajena para que a lo largo de los siglos los autores vengan elaborando variantes de aquellas mismas ideas centrales. 
Los amores de Romeo y Julieta, los terribles celos de Otelo, la doblez de Tartufo, el torturado destino de Edipo, la gula de Pantagruel, la retorcida pasión de Electra. 
INSPIRARON miles de variantes, ofreciendo un nudo, un punto de partida para que otros autores den rienda suelta a su imaginación y a su pasión creadora y enfrenten con sus propias armas su propia responsabilidad de crear y enfrentar al público con algo que es original, hasta donde es posible serlo en esta etapa en que según dicen, ya no pueden existir situaciones, argumentos, ideas nitramas que ya no se hayan tratado alguna vez. 
De modo que mientras, revelan solamente pereza mental aquellos que dicen INSPIRARSE en una obra importante, y no hacen otra cosa que copiarla y disfrazarla.
Mario Halley Mora
(Publicado el 7 de junio de 1978)

viernes, 9 de marzo de 2018

Teatro Para Aficionados: EL ARBOL






MARIO HALLEY MORA - Libro Teatro Breve  Inedito para Estudiantes Secundarios y Grupo de Aficionados - Editorial Comuneros

jueves, 8 de marzo de 2018