jueves, 19 de diciembre de 2013

Comentario i: Lo que chupan tus amigotes. .


  Estábamos esperando la hora para ingresar a la sala en el hall de un cine, entre muchas personas, cuando de pronto, se suscitó una escena violenta entre dos jóvenes no tan jóvenes, que estuvieron a punto de irse a las manos.  Pero intervino un tercero, los separó diciendo más o menos vamos muchachos, no y que dejarse llevar por los nervios, vamos a “racionalizar”.  Su intervención, en realidad, paró la pelea en ciernes, que se fue diluyendo en una discusión baladí, en la cual, por lo visto, los tres ya estaban "racionalizando”. A nuestro entender, la llamada a la “racionalización” fue inteligente y oportuna, y lo que creemos que el mediador quiso significar con el verbo “racionalizar” es poner el problema en su justo lugar, analizarlo conversarlo como personas civilizadas. Y logró un buen resultado. Esto, nos lleva a la necesidad de “racionalizar” muchas cosas del acontecer diario, y a la cuantificación de cuantas peleas de toda índole, enojos, rompimientos y palabras hirientes irreversibles pueden ser evitados a poco que las partes en disputa dejaran de lado la ira, el capricho, orgullo o amor propio, y se pusieran a “racionalizar”, porque, en realidad es muy frecuente que sean pequeños los efectos que producen grandes causas, y hasta grandes ojos en competa. En ese sentido, recordamos la vez que fuimos a visitar a un amigo que nos citó en su casa a una hora dada, allí estuvimos puntalmente pero el hombre no había llegado. La señora, muy gentil, nos invitó a pasar a la sala a esperarlo, llevó su amabilidad a un whisky  que aceptamos Cuando el marido, pidió disculpas y preguntó que tomábamos y le dijimos que un trago. El a su vez preguntó a la señora de qué botella había servido, y allí empezó la discusión, por que el whisky era “etiqueta roja", lo que el hombre considero un insulto para su amigo (yo) que merecía una “etiqueta negra”, por lo menos. Sobre la base de semejante tontería se produjo una fenomenal discusión conyugal en la cual se deslizaban frases  de  “cómo yo voy a saber lo que chupan tus amigotes?" y otras cosas tan molestas... que me levanté y me fui silenciosamente, dejando  en germen una pelea que no hubiera ocurrido si se "racionalizaba” desde el principio, me preguntaban a mi y yo confesara  que “racionalizadamente”  para mí es igual negra o roja, porque no soy bebedor y no sé distinguir entre un Ari y Chìvas Regal.
Mario Halley Mora - MHM

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