martes, 20 de marzo de 2018

Comentario i: Inspiracion

Inspirarse en una obra ajena, no es copiarla, ni sacarle un vestido de época original y vestirla con otro. 
Inspirarse quiere decir, a lo sumo, tomar la idea central y el ahora en torno a ella la versión de que la propia imaginación es capaz. 
Grandes amores, terribles dramas, tremebundas angustias existenciales como las que aflora en Hamlet y la calavera, han sido asentados como momentos clásicos y cumbres del Teatro universal, y han servido a la inspiración ajena para que a lo largo de los siglos los autores vengan elaborando variantes de aquellas mismas ideas centrales. 
Los amores de Romeo y Julieta, los terribles celos de Otelo, la doblez de Tartufo, el torturado destino de Edipo, la gula de Pantagruel, la retorcida pasión de Electra. 
INSPIRARON miles de variantes, ofreciendo un nudo, un punto de partida para que otros autores den rienda suelta a su imaginación y a su pasión creadora y enfrenten con sus propias armas su propia responsabilidad de crear y enfrentar al público con algo que es original, hasta donde es posible serlo en esta etapa en que según dicen, ya no pueden existir situaciones, argumentos, ideas nitramas que ya no se hayan tratado alguna vez. 
De modo que mientras, revelan solamente pereza mental aquellos que dicen INSPIRARSE en una obra importante, y no hacen otra cosa que copiarla y disfrazarla.
Mario Halley Mora
(Publicado el 7 de junio de 1978)

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