martes, 20 de marzo de 2012

Comentario í: El paso irreversible de los años


Una distinguida dama, que acababa de cumplir años y fue agasajada por sus amistades, nos trajo una breve crónica para la Sección Sociales del acontecimiento, acompañada de una fotografía suya. Le dijimos que con mucho gusto publicaríamos aquello, pero de pronto, nos llamó la atención la fotografía en cuestión. Era ella, desde luego, pero. .. 25 años más joven, y el contraste, por no decir pintoresco, resultaba casi grotesco, porque entre la esplendorosa joven que sonreía desde la fotografía y la arrugada, cargada de años y de kilos, dama que nos visitaba había una gran diferencia. Quisimos razonar con ella, Señora - le decíamos - por qué no acepta la realidad de las cosas, el paso irreversible de los años, la pérdida irrecuperable de la frescura del pasado, y nos trae una foto suya de AHORA? Se ofendió un poco y esgrimió la antigua fotografía y nos dijo con algo que quería ser lógico: pero esta joven ... soy o no soy yo? Con paciencia, la replicamos que allí el tiempo nos estaba haciendo, una trampa a todos, y no solo el Tiempo como medida de lo que es pasado, presente y futuro, sino el tiempo de la conjugación verbal. De modo que argüimos: no, señora, Ud. ya no es esta jovencita, Ud. FUE esta jovencita. Esta niña pertenece al pasado, es Ud. misma, pero "fue" otra. Por fin, después de una discusión que a veces se volvía agria, decidimos publicar la crónica, pero no la fotografía. Se fue y nos dejó el hilo para desenredar la madeja de nuestro tema. ¿Por qué tanta gente, y no solamente de sexo femenino, se aferra tanto a la juventud que ya perdió? Recordamos en ese sentido, la respuesta que dio un hombre canoso, al amigo que le dijo que si se teñía el pelo iba a PARECER diez años más joven. El hombre dijo: Primero, no me interesa PARECER más joven. Segundo, no me tiño las canas porque me las gané una a una, con trabajo, angustias y sacrificios. Esta respuesta es rica en contenido, humano. El, hombre integro es lo que ES, no lo que PARECE, porque si vive tratando de PARECER y no de ser, se convierte en un engaño vivo, sin ton ni son. "Mi felicidad consiste en reconocer la edad que tengo”, nos dijo una vez una distinguida señora en una reunion social, y en esa afirmación adivinamos el fundamento de un sentido realista de la vida, de la educación, de una discreción elegante y refinada, sobre todo cuando agrego: “En cada edad hay una oportunidad de felicidad . . .¿por que tratar de rescatar lo que corresponde a un tiempo que ya pasó?”
Mario Halley Mora - MHM

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