lunes, 16 de junio de 2014

TEATRO BREVE - ESPERANDO EL OMNIBUS

Personajes
Ella: 20
El:    25
Decorado: la acera. Una parada de ómnibus.

Ella: Dígame... señor.,. ¿pasa realmente por acá el 27...? Porque hace más de media hora que espero y...
El:    Si, pasa.
Ella: Gracias.
El:    De nada.
(Pausa)
Este... señorita... ¿cuánto tiempo hace que espera...?
Ella: 20 minutos.
El:    Mucho tiempo.
Ella: Aja.
El:    Y... si no viene enseguida va a ser 25, claro... ¿Verdad?
Ella: No, después de 20 viene 21... pero oiga, señor. Le salen de Ud. por todos los poros las ganas de conversar. Pues no-me-gusta.
El:    ¡Pero si Ud. primero me dirigió la palabra!
Ella: Le hice a una pregunta impersonal.
El:    ¿Y cómo es eso...?
Ella: Sencillo, es como leer un poste indicador.
El:    Gracias. No sabía ya que era un poste.
Ella: Ahora ya lo sabe. Y basta, señor. No acostumbro a hablar con extraños.
El:    Eso es fácil, je je je. ¡Nos presentamos y ya está!
Ella: Mire, eso es más viejo que... ¡Ud. lo sabe....!
El:    ¡Charlar no es pecado!
Ella: ¡Por favoooor!
El:    ¿Casada?
Ella:  Ufff, mire que Ud. es impertinente, ¿eh? Bueno, acabemos, señor. Yo le diré: No, soy soltera. Luego, Ud. me contestara una estupidez como por ejemplo: "¿Sera posible que nadie se haya fijado en una dama tan bella?; y yo, a mi vez, bajare los ojos, ruborizada, y le diré: Oh, señor, es Ud. muy amable", y patatin, patatán, Ud. terminará pidiéndome una cita. ¡Aire, plis!
El:    ¡Bueno, por lo visto Ud., las sabe todas!
Ella:  ¡Conozco las mañas de los hombres!
El:    ¡Lo dice como si odiara a los hombres!
Ella: ¡No los odio, me son indiferentes!
El:    Pero vaya...
Ella: Ya sé, ya sé, no siga, hombre. Ahora viene lo siguiente: Ud. me dirá: “Pero señorita, es Ud. mujer, tiene una misión y un destino, y en el fondo de ese destino, está el amor..." ¿Acerté?
El:    ¡Acertó!
Ella: ¡Bueno, entonces, déjeme en paz!
El:    Pero... y la respuesta, ¿eh? ¿Ia respuesta?
Ella: ¿Qué respuesta?
El:    Para que Ud. sea tan descreída, tan desafecta, ¡tiene que haber una razon!
Ella: ¡A ver si me pongo a contarle la historia de mi vida!
El:    No aspiro a tanto, cuénteme solo la historia de su rencor.
Ella: ¿Y cómo sabe que lo tengo?
El:    Pero si se ve a la legua. Ud. respira rencor por todos sus poros, le endurece la mirada, le hace apretar los labios. En una palabra, señorita, ¡la afea!
Ella: ¡Grosero! ¿Quiere dejarme en paz?
El:    ¡Con muchísimo gusto!
[Pausa]
Ella: Oiga... señor.
El:    ¿Me habla a mí?
Ella: Sí... eso de que el rencor me sale por los poros y me afea... ¿es verdad o un desquite...?
El:    Es... una verdad. ¡Y un desquite!
Ella: Oh, mire... ¿cómo se llama Ud.?
El:    ¡Carlos Robles!
Ella: Mire... señor Robles... ¡no siempre soy así! Es que... acabo de pasar por un momento que... Oh... ¡Ud. es un extraño para hacerle confidencias...!
El:    ¿Extraño? Soy Carlos Robles. Además, tengo vocación de buen tipo. No tengo los hombros anchos, pero le presto para que llore. ¡No hay mejor remedio que llorar!
Ella: Si yo pudiera... (Lloriquea) iDios! ¡Me voy a echar a llorar en la calle...i
El:    ¿Pero qué le hicieron...?
Ella: Un hombre... crei que me quería. Hoy me invitó a tomar el té y...
El:    Ya ya ya ya... ¿No era un té en casa de su tía...!
Ella: ¿Y cómo lo sabe?
El:    iOh, suponía, suponía...i
Ella: ¡Qué canalla!
El:    ¿La tia?
Ella: ¡No, él!
El:    Esto si que está buena.. Porque existe un sinvergüenza suelto, todos los hombres somos iguales. ¿No es un poco injusto...?
Ella: Realmente...
El:    Buena, borrón v cuenta nueva. ¿Quiere que sea su amigo..,?
Ella: ¿Sinceramente...?
El:    De roda corazón. Trataré de hacerle reconciliar con el sexo fuerte. La invitará a pasear... a tomar el te y... .
Ella:  ¡Y a presentarme a su tía...!
El:    ¡Si, pero legitima! Se da el Caso de que soy huérfano y me crio una tia solterona. ¡Es como mi mama!
Ella: Muy bueno todo, pero... ¿por qué?
El:    ¿Por qué qué...?
Ella: ¿Por que quiere ser mi amigo?
El:    Esto no es piropo. ¡Porque Ud. me gusta!
Ella: Uhhh... ¡A cuántas le habrá dicho eso!
El:    ¡A muchas!
Ella: ¡Qué cínico!
El:    Pero esta vez lo digo con sinceridad.
Ella: ¿Y a las otras...?
El:    ¿A las otras? digamos que para ir entrenándome para el momento de decirlo de veras.
Ella: ¿Y no le habrá dicho eso también a las otras?
El:    Ah... ¡eso lo tiene que averiguar Ud.!
Ella: ¿Pero cómo?
El:    Muy fácil... Dejándome ser su amigo...
Ella: Oh, oh... mire, mi camión... ¡allá viene i
El:    ¡NUESTRO camión!
Ella: ¿Ud. también toma el 27?
El:    No... el 41  pero... ¡me parece oportuno cambiar de itínerario! iGuarda, altooooppp!
T E L O N



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