lunes, 31 de octubre de 2016

LA PALABRA Y LOS DIAS: LA SIMBIOSIS DEL HOMBRE Y EL MUÑECO

La ficción suele adquirir muchas veces una fuerza persuasiva capaz de inducirle realidad. En Londres puede visitarse en una casa de Baker Street el museo de Sherlock Holmes con la figura de cera increíblemente dotada de una sensación de vida, del genial detective creado por la imaginación de Sir Arthur Conan Doyle y la de su amigo el doctor Watson. El museo está en la planta alta de una típica taberna londinense y es muy visitado. Mirando a través de los cristales pareciera estarse frente al momento inminente de oír decir a Holmes aquella frase peculiar:  "Elemental... Watson". elemental".
Existe pues una simbiosis de lo ficticio y lo real al desaparecer los límites entre ambos conceptos. El autor suele identificarse muy estrechamente con su propio personaje. Le ocurrió a Conan Doyle cuando después de hacer caer a su incomparable pesquisante en un abismo de Suiza, en mortal abrazo con su temible enemigo Moriarty, no pudo resistir la nostalgia de su creación y escribió la forma en que Holmes se salvo. Es patente en los últimos tiempos el caso del Agente 007 y su creador Ian Fleming. Este fue en su juventud agente secreto. En mucho la vida del imaginario agente es la de su creador.
En estos días es latente en el público paraguayo el interés por un diminuto personaje de pasta, hilos y estopa y su acompañante de carne y hueso. Es un caso definido en biología por simbiosis o sea la complementación o interdependencia de dos organismos. El muñeco cuya fascinación sobre la gente menuda y la de barba y pelo en pecho es irresistible, tiene una antigua genealogía. El hombre busca siempre imitar su propia imagen y darle movimiento, como si en eso hallara la contrapartida al dolor y a la frustración de la vida.
Entre los muchos antepasados de Chirolita estará seguramente el incomparable Pinocho, el títere narigudo cuyas andanzas lleno de placer a muchas generaciones. Mas cerca vienen los "piccoli" del italiano Vittorio Podrecca. Estos actuaron en Asunción hace muchos afros para una feria de asombro y maravilla. Interpretaban obras de Pergolessi, Rossini, Massenet, Respighi y otros célebres autores. Son, pues, antepasados de Chirolita esos títeres famosos. Es grafica la definición enciclopédica del vocablo. Transcribimos: "Títere. Figurilla de pasta u otra materia vestida o adornada que se mueve con alguna cuerda o artificio". Pero lamentable es el envilecimiento del vocablo títere por efectos de la guerra y la política. Gobierno títere era una calificación despectiva dada durante la segunda guerra mundial a los alineados con Alemania. Pero el arte ha dignificado el sentido de esa palabra y la ha embellecido para darle frescura de fuente alegre de emociones limpias.
La genealogía es profunda pues parece iniciarse en la India en remotos tiempos. Los griegos, a su vez conocían las neuropastas o cosas dotadas de movimientos por medio de cuerdecitas manipuladas por un operador. Aristóteles menciona los títeres y Horacio asigna el entretenimiento entre los romanos. En los tiempos modernos fueron Signoret, Bouchet y Holden quienes elevaron la calidad del arte. En la Argentina la señora Mane Bernardo logro singulares creaciones.
Chirolita y Mister Chasman comprueban la compenetración del muñeco y del hombre, o sea la ficción y la realidad. El personaje diminuto de pasta y estopa habla a través del arte ventrílocuo de su creador y asociado, pero es el títere quien asume el papel central y su humanidad desbordante desplaza a su animador. Pues la gente ve en los títeres la copia distorsionada de sus propias debilidades cual una caricatura móvil y parlante de la comedia humana. En Chirolita y Míster Chasman asombra, pues, percibir la intensa comunicación entre el muñeco y el hombre. Este había perdido a su esposa al nacer su hijita y meses después fallecía otro miembro de su familia. De profesión linotipista, alimentaba otras aspiraciones y buscando un escape a la soledad dio vida al camarada de pasta, estopa e hilos. El hombre respeta a su creación y a su amigo de correrías artísticas, pues cuando un promotor publicitario le ofreció especular sobre la sensibilidad de la gente con un tramado secuestro del muñeco, rechazo la idea. Los diálogos entre la pareja suelen ser íntimos y confidenciales, o alegres y ligeros, o sensatos y lucidos. Pero como la alegría tiene siempre una dosis de tristeza, los parlamentos de la pareja simbiótica derivan a cada rato en una connotación nostálgica o ausente.
El hombre añora a la compañera ya ida para siempre. El muñeco se duele de serlo y porque al enamorarse de una bonita muchacha la realidad le dice que eso es inocuo porque, obviamente, no es sino un muñeco. Pero con alma, lo creemos. Un alma transmutada a su organismo de estopa y cordeles por el alma de un ser humano. El creador identificado con el mito del personaje, Conan Doyle y Holmes. Allan Poe y sus torturados personajes. lan Fleming y el Agente 007.
Pues lo cautivante de Chirolita y Mister Chasman no está en la perfección técnica arte ventrílocua y la casi robótica que mueve al muñeco. Lo cautivante es la adopción hecha por el muñeco de su propio creador al cual transfiere su emotiva sicología, escapada del mundo de lo ficticio para ser de auténtica, humorística y dolorosa humanidad.

Gerardo Halley Mora

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