domingo, 2 de junio de 2013

Comentario í: La ilusión de ser bellas . .

En el colorido y disparatado repertorio de los reclamos publicitarios de los productos de belleza, solemos oír de todo. Proporcionan así champúes de los más olorosos vegetales, como también de huevo y hasta de zanahoria. Alguna vez oímos hablar de una "crema de placenta" como secreto supremo para tener un cutis de muñeca, y de una "base para maquillaje" de germen de trigo, crema facial con "proteínas marinas" o con base de "algas marinas". Y así, innumerables productos con base de "grasa de delfín", o de "leche de ballena”, pudiéndose agregar también los productos que son resultado de serias investigaciones antropológicas mediante las cuales se han descubierto y aplicado la fórmula secreta que sirvió a Cleopatra para ser mujer tan fatal, o la de la crema facial de Lucrecia Borgia que le costó la vida a su alquimista personal a quien la bella hizo matar para que ninguna otra usara la bendita crema, o la del jabón de baño que usaba aquella reina cuyo perfume aspiró el Rey Salomón y se inspiró para la primera producción de literatura erótica . . . en la mismísima Biblia, con su Cantar de los Cantares. Yendo a lo serio, la producción de artículos de belleza femenina, es una de las industrias más prósperas del mundo, y la que moviliza casi tantos millones como la industria del automóvil. De ahí la competencia por el mercado, y los verdaderos milagros de la imaginación de los publicistas para vender esos productos que si bien no hacen bellas a las mujeres feas, por lo menos les vende la ilusión de serlas con el prodigioso concurso de unas proteínas de pescado u otros ingredientes exóticos. Y en esa tarea, la imaginación se dispara, no tiene freno, como estamos viendo en estos últimos días, en que una bella señorita de acento portorriqueño está presentando novísimos productos de belleza a una conocida marca mundial denominada "Línea Espacial", aprovechando la coyuntura de que la primera mujer occidental ya se ha lanzado al espacio, y en la suposición muy femenina de que por más astronauta que sea, no tiene por qué dejar de parecer interesante y seductora, sobre todo, para el exclusivo deleite de sus cuatro rubios, atléticos e interesantones compañeros de expedición a las alturas. Con lo que extraemos que en cuanto a motivación erótica publicitaria, funciona hasta en la estratósfera superior.
Mario Halley Mora - MHM;

No hay comentarios:

Publicar un comentario