domingo, 16 de junio de 2013

Comentario í: Padre generoso o Padre flojo

El afligido papá, sentado en el salón de espera del sanatorio mientras su hijo estaba siendo operado en el quirófano, no cesaba de mesarse los cabellos y repetir una y otra vez ¿Cómo me salió así este muchacho si yo le doy todo lo que quiere? Lo que sucedía, era que su hijo, muchacho de 18 años, había mandado fabricar un duplicado de la llave del automóvil del padre, esperó a que este durmiera por la noche, sacó silenciosamente el vehículo, y salió de farra con unos amigotes. Para su desgracia, chocó contra una columna, se lastimó seriamente, y el auto quedó destrozado, en medio de un mar de latitas de cerveza que habían caído del vehículo al chocar. Otros dos muchachos, salieron mejor librados, pero el hijo de aquel señor tenía doble fractura en las piernas, y posiblemente una lesión en la cadera. De ahí la desesperación del padre, y su amargo .reproche al hijo: "a quien no le negaba nada y se portaba así". No somos ni de lejos pedagogos, pero sí padres y se nos ocurre que aquello de "le doy todo lo que quiere" o "no le niego nada", no es una fórmula de relación padre hijo precisamente muy prudente, y quizás  el afligido señor pertenezca a esa clase de hombres débiles de carácter que para evitarse problemas consiente cualquier exigencia del hijo, como si esperar a que el hijo, en respuesta a su generosidad, le pagara con buena conducta. Lamentablemente, las cosas no suceden así. En primer lugar, generalmente el hijo no dice "papá es generoso" sino piensa que "papa es flojo", Y hecho ese descubrimiento, ya le resulta fácil ceder a la tentación de la farra, y a las incitaciones de los cada vez más numerosos jóvenes parásitos que viven y farrean a costa de los que tienen medios. Pensamos en este sentido, que un buen padre no es el que "le da todo " o "no le niega nada" al hijo, sino el que regula la relación, sin soslayar el cariño, sobre la base de la autoridad. Claro que es mucho más fácil decir sí que no, pero siempre  o, casi siempre, es más prudente y juicioso decir no que sí. Mucha gente, padres, cree que la buena voluntad y la buena conducta del hijo se compran No es así, la buena voluntad y la buena conducta se imponen, con amor y con autoridad. Muchos hijos que solían decir que el “viejo es formidable”, porque les daba todo, están ahora en silla de ruedas o en el cementerio. Muchos hijos a quienes sus padres no le aflojaron las riendas, son hoy jóvenes abogados o médicos. Ahí esta la diferencia
Mario Halley Mora - MHM

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