martes, 27 de mayo de 2014

TEATRO BREVE: EL COBRADOR

TEATRO BREVE: EL COBRADOR
Personajes
Don Abel:     30 -  El patrón.
Don Carlos: 60 - El cobrador.
Doña Luisa: 30 - La madre.

ESCENA I
Abel:    ¡Don Carlos...¡
Carlos: ¿Patrón...?
Abel:    Hay trabajo para Ud., Especial para Ud., don Carlos... Se trata de una cuenta...
Carlos: Pero si desde luego ese es mi trabajo. Cobrar cuentas. Hace 25 años que soy cobrador de la firma...
Abel:   Bueno. Es que... esta vez, es todo o nada. Se trata de la máquina de coser que le vendimos a los Hernández. Han dejado pasar varias cuotas. Y el asunto ya se pone feo. De acuerdo al contrato de compra, tenemos derecho a retirar esa máquina, si no pagan hoy. Por eso decía... ¡Un trabajo especial para Ud.!
Carlos: ¿Y por qué es un trabajo especial para mí, don Abel?
Abel:  Porque Ud. es el mejor cobrador que pedirse pueda, don Carlos. Ud. siempre cumple, mi amigo. O cobra o sanciona. Je je je... a veces creo que... bueno, tanto andar en el oficio, le ha convertido el alma en un pagaré, estampillado y todo. . .
Carlos: ¡Don Abel...l
Abel:  ¿Pero por qué se pone así...? en su caso... es un elogio. Es Ud. el perfecto cobrador. Ciego a las lágrimas ajenas, sordo a todo sentimentalismo. Desde luego... no se puede esperar esas debilidades de un solterón solitario como Ud. .Je je je... y ahora, ande.,. cobre, o tráigame esa máquina.
Carlos: Si, don Abel... sí. Este... ¿un pagaré, dijo?
Abel:  ¿Por su alma? Sí. Frío, definitivo y total. Eso, eso, el mejor cobrador de la plaza... jeje je je...

ESCENA II
Carlos: Buenas tardes... ¿el señor Hernández...?
Luisa:   No está, señor. ¿Es urgente...?
Carlos: En cierto modo... s|. ¿Regresa hoy...? -
Luisa:   Oh, no. Cuando regresa, solo Dios lo sabe. ¿Es Ud. su amig0...?
Carlos: No... sólo venia a...
Luisa:   Ah... claro, no siendo su amigo... no tiene obligación de saberlo...
Carlos: ¿Saber qué....7
Luisa:  Lo de mi marido. El pobre está en Bella Vista, en el Hospital. Resulta que fue a sacar la libreta de salud, y en la radiografía apareció que...
Carlos: Caramba. Bueno... entonces tendré que arreglar esta con Ud.
Luisa:   ¿De qué se trata...?
Carlos: De la máquina de coser. Soy el cobrador de la casa y... se atrasaron unas cuotas... a ver... 61.000 guaraníes... y si Ud. no paga, no tendré más remedio que llevármela...
Luisa:   Eso no puede ser. Déjeme que le explique...
Carlos: ¿Que me explique a mi? ¿Y para qué...? Yo sólo cumplo órdenes, señora. Me dijeron, O paga o te traes la máquina...
Luisa:  ¿Pero en que situación quedo yo...? Tengo tres hijos, señor. Ahora están en la escuela, los tres. Me falta mi marido... y todo se carga sobre mi, la comida, la ropa, el alquiler...
Carlos: Bueno, señora, esos son problemas de Ud. Mi problema es cobrar o llevar la máquina...
Luisa:  Pero si esa máquina es la que me salva la situación, señor. Traigo costura a casa. Cosa toda la noche uniformes para soldados. Y de lo que me pagan, vivo y viven mis hijos... y hasta ayudo con unos remedios para mi esposo...
Carlos: Todo muy noble, señora. Pero yo soy solamente un empleado que cumple ordenes.
Luisa:   ¿Y nunca le ha interesado la mala suerte de su prójimo?
Carlos: ¿Y que tengo que ver yo con el prójimo? Me ordenan, cumplo, y asi vivo, señora...
Luisa:   Pero hombre de Dios... ¿qué tiene Ud. en lugar de corazón...?
Carlos: En lugar de corazón, no sé, Pero hoy ya me dijeron que en lugar de alma... tengo un pagaré...
Luisa:  ¿Y eso le enorgullece?
Carlos: Como cobrador, si.
Luisa:  ¿Y como hombre?
Carlos: ¿Como hombre...?
Luisa:   Si, señor. Un cobrador puede cerrar los ojos V llevarse la máquina que es pan para tres criaturas. Pero... un hombre, debe tener sentimientos…
Carlos: ¿Sentimientos?
Luisa:  Si, para condolerse de la suerte del prójimo. Para ser generoso, para aflojar las consignas ante la debilidad de una mujer, que soy  yo. He dejado mi trabajo de maestra y me he vuelto costurera, para seguir manteniendo y cuidando a mi familia, Señor. ¿No le dice algo eso al corazón....?
Carlos: Vuelva a su cargo de maestra...
Luisa:  ¿Y Quién Se queda a cuidar a mis hijos? Al irse mi marido, tuvimos que despedir a la muchacha... Pero... ¿es tan importante el cumplimiento de su deber para que tres inocentes paguen por el?
Carlos: Pero Ud. debe dinero, y me han dado la orden... `
Luisa:   Ojala esto mismo le suceda a sus hijos...
Carlos: No los tengo... Ni los quiero, ni los quise. Vivo solo, y... ¡no me pesa!
Luisa:  Si. Le pesa, hombre. Claro que le pesa. Vaya a saber por qué. Su mal es el de la soledad. No tuvo hijos, ni los quiere, dice Ud. y miente. Los quiere, pero ya es viejo, y su soledad se le vuelve amargura, y su amargura rencor, rencor contra el mundo, contra la gente, a quien Ud. le dice: pague o reviente, pague o reviente...
Carlos: ¿Ud. cree que yo soy asi...?
Luisa: Claro que si. Y se acabó, señor cobrador. Ahí  está la máquina... ¡llévesela! ¡LLEVESELA DE UNA VEZ, señor cobrador!

ESCENA III
Carlos: Estoy de vuelta, don Abel..,
Abel:   ¿Misión cumplida?
Carlos: Misión cumplida,
Abel:   ¿Trajo la máquina?
Carlos: No. La señora pagó.
Abel:   ¿Pagó...? ¿todo?
Carlos: Si. Todos los pagarés atrasados.
Abel:   Muy bien. Lo felicito. Vaya a rendir a la Caja. Y otra vez, felicitaciones...
Carlos: Don Abel,.. a propósito de ir a la Caja...
Abel:   ¿Si...?
Carlos: No es mi costumbre... Ud. sabe lo ordenado que soy. Pero tengo un pequeño problema... y... ¿Podría hacerme un vale contra mi sueldo...?
Abel:   Cómo no. ¿Por cuánto...?
Carlos: Por... 61,000 guaraníes, don Abel. Por 61.000...

T  E  L  O  N
Mario Halley Mora - MHM

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