TEATRO BREVE:
EL REBOTE
Personajes
Dan José: Maduro, rico.
Carlos: Joven, humilde.
Una sala. En ella, D, José.
Golpean la puerta. Don José abre.
D. José: ¿Qué quiere...?
Carlos: ¿Don José...
Pestalozzi?
D. José: Si, servidor. ¿Qué
quiere?
Carlos: Poca
cosa, señor. Pero debo asegurarme antes de que Ud. es don José Pestalozzi . . .
D. José: Lo
soy desde hace 52 años, amigo. Y si me va a tener acá para discutir si soy o no
soy quien soy, pierde el tiempo. O es el nuevo método para vender alguna
porquería?
Carlos: No, señor. No vendo
nada.
D. José: Entonces,
por tercera vez. ¿Qué demonios quiere? Es la hora del almuerzo...
Carlos: Ya
la sé. Mi barriga también me lo recuerda. Para se da el caso de que he
encontrado una cartera...
D. José: Ah, sí. La perdí...
Carlos: Con abundante
dinero...
D. José: Exactamente 23.456
guaraníes. Más un registro de conductor...
Carlos: Y una tarjeta de
visita suya, con su dirección. ¡Y aqui estoy!
D. José: Aqui está Ud., ¿pero
dónde está la cartera?
Carlos: Aqui está, sírvase...
D. José: Muy bien. No le detendré
contando el dinero.
Carlos: ¡Está todo!
D. José: ¿Cómo lo sabe...?
Carlos: Pues
lo conté, y la cantidad coincide con la que acaba de decir Ud.: 23.456
guaraníes...
D.José: ¿Si? ¿Y bien...?
Carlos: ¿Y bien qué...?
D.José: ¿Qué más quiere...?
Carlos: No le entiendo,
señor.. . .
D.José: Bueno.
Ud. ha encontrado mi cartera. Me la ha venido a devolver, Ha hecho su gusto...
Carlos: ¿Debo entender que me
debo ir.,.?
D.José: ¿Tiene otra cosa que decirme...?
Carlos: ¿Y Ud.? ¿No tiene
nada que decirme?
D.José: ¿Por ejemplo?
Carlos: Por ejemplo gracias.
D.José: No
me diga que me trajo la cartera sólo por el gusto de escuchar un
"gracias".
Carlos: No.
Vine con una esperanza, Soy pobre, la cantidad que Ud. perdía es
respetable y,..
D.José: Quería que le diera
un premio en efectivo, ¿no?
Carlos: Sinceramente. Me
haría bien un pequeño refuerzo...
D.José: ¿Y por qué no se
quedó con todo?
Carlos: No hubiera sido
honesto, señor,
D.José: ¿Y
Ud. cree que es honesto mendigar una recompensa por una... "buena acción“,.
?
Carlos: Un
momento, Yo no vengo a mendigar. Sólo a esperar lo justo. Ud. perdió dinero. Yo
se lo recupero. Es honesto que yo espere cierta gratitud de su parte.
D.José: Mire.
Mi gratitud la tiene. Pero no en efectivo. Escúcheme, amigo. En cuestión de
negocios, los sentimientos no cuentan.
Carlos: ¡Vaya conceptos que
tiene Ud.!
D.José: Son
los que me hicieron rico. Tener ideas estrictas, tener un norte seguro, sin
detenerse en sentimentalismos. Ud., mi amigo, dijo que es pobre. Pues nunca
saldrá de pobre, se lo aseguro. Ud. es un vacilante.
Carlos: ¿Yo, un vacilante?
D.José: Sí.
Un vacilante. Me contó que había contado el dinero. ¿Sabe para que lo contó?
Para saber si más valía la pena quedarse con él, o devolverlo. Su “honestidad”
es elástica, Si allí hubiera encontrado cien mil guaraníes, hubiera mandado la
honestidad al diablo y se hubiera quedado con todo. Había poco dinero, luego,
le salía barato ser honesto, y de paso, darle un mordisco a los 23 mil y pico
que encontró. Pues, señor, yo no me presto al juego.
Carlos: Dígame,..
señor. Si Ud. hubiera encontrado esa cartera, ¿se hubiera quedado con todo...?
D.José: Sin
vacilar un momento, señor. Hubiera pensado: es mío, primero porque lo encontré
yo. Segundo, porque el que lo perdió es un hombre rico, conforme se ve por el
cuero de cocodrilo auténtico de la billetera, y además, porque solamente un hombre
rico tiene semejante cantidad consigo, como para gastos menudos. En tercer
lugar, el dinero es mío, porque quien pierde semejante cantidad, es un sonzo. Y
en esta vida, el vivo vive del sonzo.
Carlos: Pero... ¿Y su
conciencia?
D.José: ¿Mi
conciencia? Estaría satisfecha, amigo. En paz. Tengo conciencia de comerciante.
El bien es más dinero, el mal, perderlo.
Carlos: ¿Así que esa es su filosofía
de la vida?
D.José: Pensando así, me hice
rico.
Carlos: ¿Y Ud. cree que si yo
pienso así...?
D.José: Seria
un hombre inteligente, que vive al ritmo de su tiempo, que está armado para
triunfar en la vida.
Carlos: ¿De modo que si yo
hubiera guardado el dinero..,?
D.José: Lo hubiere
felicitado, aunque sea mentalmente...
Carlos: ¿Quiere revisar la
cartera?
D.José: ¿Revisar
la cartera...? ¿Para qué...? está bien... pero... ¡aqui no hay nada!
Carlos: Claro, como que el
dinero lo tengo en el bolsillo...
D.José: ¿Y con qué derecho?
Carlos: ¡Cómo!
¿ahora me pregunta con qué derecho? ¿Y sus consejos? ¿Y su filosofía? ¿y su
conciencia de comerciante? ¿O es que sólo valen cuando se aplican a Ud.? En
cuanto a mi conciencia, está tranquila. Ud. no sólo está conforme con el procedimiento,
sino que es su propio procedimiento para triunfar. ¿Por qué no me va a servir a
mí?
D.José: Pero hombre... es mi
dinero...
Carlos: No,
señor. Según sus principios, es mi dinero. Porque lo encontré yo. Lo perdió
Ud., que es un sonzo. Y según su filosofía, el vivo vive del sonzo. ¡Buenas
tardes, señor! Y me alegro mucho de haberle devuelto... su valiosa cartera...
¡Buenas tardes!
T E L O N
Mario Halley Mora - MHM
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