sábado, 25 de agosto de 2012

Comentario i: La moderna pedagogía


Era una nena de apenas tres años, y le oímos decir "yo viá tené un hermanito que yastá en la panza de mi mamita". En otro tiempo, ésta nena estaría maravillada con el cuento de que una cigüeña ya salió de París trayéndole un hermanito, y desde luego creería a pie juntillas que los bebés vienen así. Pero ya no ocurre tal cosa, porque la moderna pedagogía ha resuelto que es mejor el conocimiento de la realidad que la fantasía, aun en los primeros años de la existencia. Quizás sea esta una medida sabia, porque resulta que en otros tiempos, se alimentaba la fantasía de los niños, es decir, se les nutria de falsas creencias, y nadie se preocupaba de que pasando el tiempo, los chicos irían creciendo, madurando conocimientos, racionalizando las cosas, y llegarían a un momento en que descubrirían la verdad, a veces con resultados traumáticos, y siempre, con la certidumbre de que papá y mamá le estaban tomando del pelo y les estaban ocultando cosas. Ese riesgo ha desaparecido, por lo menos en lo concerniente al origen de los bebés, enseñándole cuidadosamente, como se hace hoy, a los niños, el verdadero mecanismo del nacimiento, y el papel que cumplen los padres en ese mecanismo. Sin embargo, esta costumbre de decir la verdad no se extiende a otras cosas. A ese mismo chico para quien se desfantaseó el advenimiento de un hermanito, todavía se le somete a otro tipo de fantasías. Conozco un matrimonio que tiene en el hogar una empinada escalera que conduce a los pisos altos. Para el bebé que tienen, que apenas empieza a caminar, trepar esa escalera es un peligro, de modo que para evitar todo intento del chico, le han metido miedo, diciéndole que en la escalera "vive un monstruo". En otros lugares, solemos oír la conminación a los chicos de que no salgan a la calle porque se los lleva el "viejo de la bolsa", y a otros de que el "Angel de la Guarda" no es un ser celestial y protector, sino una especie de vigilante espía de un Dios severo que todo lo ve, todo lo anota y su delación anticipa castigos para cualquier mala conducta, desde negarse a tomar la sopa hasta a orinarse en la cama. "Solo a los animales es licito enseñarles por el miedo", dice Pestalozzi y este pensamiento, debería ser masticado y digerido por padres .que compran tranquilidad aplicando sin saberlo, un método de terror en la educación.-
Mario Halley Mora - MHM

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