sábado, 25 de mayo de 2013

Comentario i: El gran negocio de la predicación religiosa en los Estados Unidos

Coincidentemente, están en las librerías de nuestra ciudad, dos novelas que tratan del mismo tema: El gran negocio de la predicación religiosa en los Estados Unidos. Una de ellas se titula “La Secta” cuyo autor no recordamos, y la otra “El Predicador" del fabricante de novelas Harold Robbins. Como novelas, ambas resultan bastante mediocres, pero como responden a la moderna, corriente de la novela – testimonio - crónica, el tratamiento literario es lo de menos, el argumento es lo de menos y las situaciones pueden resultar todo lo absurdas que se quiera, pero lo que si tiene validez, es la INFORMACION contenida en la novela, resultado de investigaciones que generalmente, agencias especializadas realizan para el autor, reuniendo datos genuinos, ciertos, actuales, los cuales sirven de fondo a la acción de la novela misma. De esta manera,  ambos libros dan una idea de las tremendas fortunas que se acumulan con la comercialización de la fe (generalmente cristiana) del pueblo de los Estados Unidos, y las fabulosas inversiones que se realizan para imponer, mediante todos los recursos más modernos de los medios de comunicación, la TV especialmente, la imagen "apostólica y bondadosa” de un predicador, generalmente un actor de buena estampa, preferiblemente maduro, de cabellos encanecidos, elegante porte y barbita jesucristiana, al que se le “ordena” a tambor, batiente en cualquiera de las sectas cristianas, se le atiborra de citas bíblicas, se pone a su disposición un equipo de escritores de sermones, y se lo “lanza" por usar una, palabra de moda, a los pulpitos televisivos montados con los más  sofisticados recursos del espectáculo. El alcance de estas “predicaciones” por medio de la TV suele ser nacional en los Estados Unidos, y el más modesto de ellos puede estar hablando en su momento, para una audiencia de 20 o 30 millones de personas, a quienes por audición, se les pide una limosna  de un dólar per cápita y  como se calcula que el 10% responde metiendo su dólar en un sobre y enviándola a la iglesia de las Verdades Jesucristíanas (por citar un nombre) ya se puede colegir que cada programa, que tal vez cueste un millón de dólares en espacios, recauda dos o tres millones. Lo que se dice, un negocio fabuloso, que moviliza sumas astronómicas, si se calcula que solo en los Estados Unidos, existen mas de dos decenas de grandes “predicadores” que compiten por el “rating” de una audiencia de 180 millones de personas

Mario Halley Mora - MHM


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