jueves, 18 de abril de 2013

Personaje: CASTULO Y EL REVES DE LA TRAMA.

El matrimonio de Cástulo no era precisamente un modelo de pareja unida por el santo sacramento del matrimonio. No porque Cástulo fuera mujeriego, borracho, jugador e irresponsable, sino todo lo contrario, porque Cástulo descubrió un mal día que era cornudo."Esto me pasa por casarme a la ligera con una mujer hermosa" se dacia el bueno de Cástulo, descubriendo de paso por que la bella Toribia nunca quiso tener hijos.
Cuando descubrió que había otro, propino a su mujer la paliza que se acostumbra en estos casos. Esta, llorosa, pidió perdón y dijo que era la primera y única vez que la ponía los cuernos a Cástulo, y prometió que no lo haría nunca más. Cástulo se obligo a creer la promesa, después de que la abundosa Toribia, la jurara por todos los santos que nadie conocía de su infidelidad y de la desairada situación de marido engañado da Cástulo. La paz volvió al hogar, pera no por mucho tiempo. porque el aprensiva de Cástulo se había vuelto poco menos que un perro de caza. Venteaba el aire cuando Toribia volvía del centro pescando los rastros da un perfume pecaminoso, revisaba a escondidas su cartera de mano, se ponía de todos los colores cuando sonaba el teléfono, decía hola y del otra lado le cortaban. Poco a poco se fue volviendo un obseso. Siguió a Toribia cuando iba a la peluquería y anoto el tiempo que tardaba en hacerse un peinado a un teñido. Lo mismo hizo con la modista, el dentista, y el supermercado. Calculaba al alcance de su sueldo de cajero da una financiera, lo que le daba a Toribia para las gastos y el costo de los abundantes artículos de tocador que ella adquiría, con los "ahorritos del súper" como decía. Poco a poco, se fue dando cuenta de que la vida de espía permanente y de marido celoso no era vida y pensó en la atrayente idea de abandonar a Toribia a irse a vivir con su mama, que aun vivía y nunca simpatizo con la nuera. Pero no considero justo hacerlo, porque a partir da la primera confesión había sospechado todo pero no había comprobado nada, a pesar del enorme poder elástico de los "ahorritos del súper"
La verdad la llago por una vida ordinaria. Ocurre que muchos maridos son descubiertos por las amigas chismosas de la esposa, como regla general, pero nadie atina a descubrir que los amigos chismosos del esposo son tan numerosos y lengualargas como las otras. A Cástulo, un amigo comedido "que sufría viendo la burla a que era sometido el buen Cástulo", le conto de las andanzas de Toribia, que no engañaba a Cástulo con otro, sino con otros.
Esta vez no hubo palizas. Cástulo estaba demasiado contento como para perder tiempo en violencias inútiles. Tranquilamente le dijo a Toribia que lo sabía todo, y que se iba juiciosamente a vivir con su mama, que ante la noticia del regreso del hijo prodigo se puso a bailar de contenta a pesar de su reuma.
Toribia lloro lo exactamente necesario por la ruptura de su matrimonio, y consintió que Cástulo se quedara a vivir con ella los ocho días que insumiría el repintado de su viejo dormitorio de soltero, durmiendo Cástulo en el sofá de la sala, como un gesto de hombría herida que satisfacía mucho al ego de Cástulo.
Al segundo día del acuerdo, Toribia le hizo un obsequio a Cástulo, para que llevara como recuerdo del quebrado matrimonio. Un hermoso reloj de oro. Más tarde, como  Cástulo no tenia valija y estaba cargando sus pertenecias en una bolsa negra de plástico, ella le regalo una valija Samsonite. y después un hermoso  estuche de viaje con afeitadora, talco, after shave, desodorante para las pies, peines y agua de colonia, y luego seis camisas de aho po i y un par de calzados italianos y una campera de cuero de potrillo porque el viejo gabán de Cástulo estaba algo apolillada. Todo, en homenaje al intento de felicidad frustrada que fue el matrimonio.
Bien, la verdad es que Cástulo fue postergando su regresa a la casa de la mama, y que hoy cambio de trabajo, porque ya no es cajero de una financiera sino "coordinador" en la empresa de un sonriente caballero que lo trata con un aire paternal, amistoso y complaciente coma de compinche, que molesta un poco a Cástulo, pero lo pasa por alto, como pasa por alto que el ser “coordinador" no es un trabajo muy pesado porque hasta ahora no encontró que coordinar, aunque cobra el sueldo religiosamente. Además, ya volvió al dormitorio conyugal porque dormir en el sofá le producía tortícolis.
Y tiene muchos momentos libres para pasear en el Honda que le regalo Toribia.
Mario Halley Mora - MHM

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