viernes, 11 de noviembre de 2011

Comentario i: El lado positivo del precio de la nafta


Suele, afirmarse que los factores económicos constituyen condicionantes para el desenvolvimiento de la vida en Sociedad, y también para el "estilo de vida", de la misma. Este principio, es de los que debemos tener en cuenta en estos días, con relación a la suba de la nafta decretada por el Gobierno Nacional. Hasta ahora, el modo en que se usa el automóvil determinó un "estilo de vida". Había más tráfico en calles y rutas, más personas que se visitan, que concurren a sitios de diversión nocturna o simplemente que salen a pasear en el automóvil. Forzosamente, esto cambiará. Ahora tendrá que usarse el automóvil con criterio mucho más racional y utilitario. Desaparece la posibilidad del dispendio de la nafta, y por consiguiente, desaparece el uso suntuario, placentero, ocioso y de "divertimiento" del automóvil. Con los ojos y los bolsillos puestos en el consumo de cada automóvil en particular, su uso se hará más restringido y con las miras puestas en utilidades reales. El auto será para ir y volver a la oficina, para la insoslayable visita al médico, para entrevistas de trabajo, para actividades y movilidades que en fin, han de ser necesarias, útiles e importantes. Esto, por si mismo, traerá aparejado profundos cambios en la vida social, algunos beneficiosos, otros negativos, pero cambios al fin. Quizás la que mayores beneficios reciba, sea la vida familiar, la cual, por la necesaria austeridad en el uso del automóvil, tendrá más tiempo y ocasión de volver a cohesionarse en tomo al hogar, porque" "salir" será ya caro e inoportuno. Otro beneficio importante, será si no la desaparición, por lo menos una evidente y substancial disminución del uso "en tren de farra" de los automóviles los fines de semana, generalmente a cargo de jóvenes que salen de parranda con el automóvil paterno. Pensamos en ese sentido, que si a la "generosidad" de facilitar el coche a los jóvenes ha de sumarse la otra "generosidad" de cargarle combustible, muchos papás complacientes lo pensarán dos veces. Además, la "economía" del joven, generalmente dependiente del recurso de la "pechada a papá” no es posible que alcance para un gasto tan inútil y suntuario de nafta como ocurre los sábados y domingos. En lo negativo, quizás se resienta el turismo interno, el picnic familiar a las zonas cercanas de veraneo
Mario Halley Mora - MHM

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