domingo, 25 de septiembre de 2011

Comentario í: Baudelaire y las Flores del Mal


Comentario í: Baudelaire y las Flores del Mal
Alrededor de 1.856, el gran poeta francés Baudelaire, publicó un librito de versos: Las Flores del Mal, actualmente, ese libro está considerado , como una de las obras cumbres de la poesía de todos los tiempos, y gloria de las letras francesas. Pero en 1857, un año después de la publicación del libro, las cosas eran distintas, pues ese año o la Justicia francesa procesa al joven poeta por inmoralidad, en base al contenido de su libro. El capítulo de  cargos es doble, ofensa a la moral pública y ofensa a la moral religiosa. Una campaña de prensa acompaña al juicio, y dice un crítico, en el diario Le Figaro; "Lo odioso de él (del libro) bordea lo innóble, lo deleznable y lo infecto.  Jamás hemos asistido a semejante desfile de demonios, de diablos, de gatos y de gusanos. Este libro es un hospital abierto a todas las podredumbres del corazón ... etc."  A Baudelaire lo defiende un joven abogado que en una parte de la defensa dice algo importante, entonces y ahora: "Simplemente hay que proclamar que el artista no tiene nada que ver con la moral, que no se trata de tener buenas intenciones. Lo que hay que tener es talento".  Lo cual quiere decir, hablando en términos actuales que el artista, pintor, poeta, escritor, comediógrafo, da testimonio de lo que su espíritu capta, y nada le obliga a desechar, de su pintura o de su escritura, lo que es capaz de "lastimar" el sentido de  la moral de la sociedad. Entonces, el testimonio no es completo, sino parcial, mutilado. Además, la breve frase le sale al paso a la creencia, muy generalizada hasta ahora que el hombre que describe vicios y viciosos en una obra escrita, novela o teatro, tiene necesariamente que haber practicado esos vicios y haber convivido con esos viciosos para recoger una experiencia personal.  La gente que piensa así, confunde, o mejor, identifica la obra con el autor, descarta el poder de la imaginación creadora y cree que todo lo que lee es autobiografía críptica o abierta. Entonces, nada mejor para borrar esos errores que releer la breve frase del abogado de Baudelaíre, que de paso, perdió el proceso, fue condenado a una gruesa multa, y a hacer una nueva edición borrando de ellas los ocho mejores poemas que contenía el libro original. Sin embargo, la edición completa, aplaudida y admirada desde hace mas de un siglo de  “Las Flores del Mal”, se pueden encontrar hoy en cualquier librería de nuestra ciudad.
Mario Halley Mora - MHM

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