sábado, 1 de octubre de 2011

Comentario i: Buscador de "plata ybyguy”

La "historia anodina" "que nos permitimos contar hoy domingo, llegó, como quien dice, en forma gratuita. En la visita de un viejo caballero de humilde aspecto, canoso y arrugado, que traía un catálogo de modelos de detectores de metales, de origen japonés, y nos propuso directamente, encargarnos de la financiación de la importación del artilugio, y asociamos así con él, en su "productiva" profesión de buscador de "plata ybyguy". Con cierta mala fe inocente, le formulamos algunas preguntas, y de sus respuestas entresacamos el nudo de su "historia anodina". Resulta que desde joven, sintió la pasión, lindante con la manía, de encontrar un tesoro. Del tiempo de López, claro. Escuchaba atentamente las conversaciones de los ancianos, tomaba nota de los "lugares posibles", mantenía un catálogo mental de fantasmas, poras, almas en pena, ruidos nocturnos de cadenas, lamentos en la obscuridad de la noche, árboles que se iluminaban, luces que aparecían y desaparecían, patios sombríos que en las noches de tormenta eran escenario del paso furtivo de soldados gimientes, huellas de carretas que el paso del tiempo no logran borrar, y todo el rico folclore creado en tomo a las riquezas vigiladas por fantasmas dolientes que no hallaran el reposo de la  eternidad, mientras un afortunado no diera con el cántaro o con el arcón conteniendo libras esterlinas de oro, joyas y otras riquezas. Pues bien, desde su juventud hasta su vejez, nunca dejó de acudir con su "sonda" (una larga vara de hierro de afilada punta), su pala y su pico. Cavó en muchas partes desafiando el miedo, la noche, la hostilidad de los fantasmales centinelas, al borde de los pantanos, a la sombra de árboles lóbregos y añosos, en los viejos patios coloniales de derruidas casonas, en el corazón de los montes espesos y en las soledades de antiguos "caminos reales" que el tiempo y el progreso dejaron en desuso. Pero nunca encontró nada. Ha llegado a viejo, pero su pasión, o su manía, no se apaga. Ahora ha oído hablar de estos genios japoneses que fabricaron un aparatito más infalible que la "sonda", y decidió "modernizar" la búsqueda que es la razón de toda su vida, y que posiblemente, será la razón de su muerte por susto, a la vista de algún perro sin cabeza o de una cabeza sin perro en la lobreguez de la noche. Desde luego, rechazamos su oferta de asociamos para buscar la realización electrónica de una fantasía, y él se fue, con su catálogo, seguro de que iba a encontrar alguien que quisiera asociarse con él en su próximo futuro de potentado.-
Mario Halley Mora - MHM

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