lunes, 17 de octubre de 2011

Comentario i: Empresario de salas cinematográficas


Alguna una vez le escuchamos decir a un empresario de salas cinematográficas en nuestra Capital: "Con esta poca asistencia del público a los cines, mejor es cerrar el negocio". Sin embargo, desde el otro extremo de la cuestión, yo, espectador de cine (que paga su entrada, ojo) me digo: "con la programación actual de los cines, pobrísima, misérrima, es mejor ir perdiendo la costumbre de ir al cine". De modo que a poco que analicemos el problema, estamos en un círculo vicioso: el cine está en bancarrota porque el público no asiste y el público no asiste porque los cines tienen programas horribles. Pues bien, como que todo círculo vicioso debe romperse, deberían los empresarios aprovechar la experiencia de E.T., que sigue en cartelera y sigue recaudando gran cantidad de dinero. Esto quiere decir que la indiferencia del público de concurrir al cine, su ausentismo, está fomentado por las propias salas, como se demuestra que cuando la película es buena, la sala, a veces las salas, se colman. Lo más penoso del caso, es que en la golpeada (por la crisis) Buenos Aires, al mismo tiempo que aquí estamos viendo basura fílmica de cinco o diez años de antigüedad, las salas están compitiendo en calidad de películas y pasando simultáneamente CINCO de las grandes películas nominadas para el Oscar, al mismo tiempo que las revistas especializadas publican jubilosas estadísticas del creciente apoyo del público. De modo que allá han encontrado la fórmula para el "ausentismo" que también llegó a afligirles, en el simple procedimiento de ofrecer programas de calidad, que es lo que debería hacerse aqui, a poco que exista un poco de audacia, y también cierta ética empresarial por la cual toda actividad de lucro también está obligada a cierta obligación de arriesgarse a ofrecer lo mejor a su "público consumidor", y más, tratándose de productos que responden al sello de "séptimo Arte" y su exhibición conlleva, al margen del negocio, un servicio de difusión cultural de la comunidad. Por lo demás, eso de que aquí hay "crisis"  el público no sale; es bastante relativo. El público siempre tiene para gastar en una entrada cuando el espectáculo vale la pena. ¿No es en esta época de "crisis" que el fútbol está haciendo las más altas recaudaciones de los últimos cinco años? Lo dicho. Analicemos el fenómeno ET, el fenómeno futbolero, y pidamos a los empresarios que se sacudan de su perjudicial negativa modorra
Mario Halley Mora - MHM

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