lunes, 17 de octubre de 2011

Comentario i: La TV Argentina

Hemos estado recientemente en Buenos Aires, y lógicamente, pasamos revista a algunas cosas que pueden ser comparadas con lo nuestro. Por ejemplo, la televisión. Nos resultó curioso que la TV argentina, teniendo mucho más material humano, mucho más de respaldo publicitario, y quizás algo más de recursos técnicos que la nuestra, no resulta de ninguna manera superior a la televisión paraguaya. También allá fatigan al telespectador los programas enlatados, y en cuanto a los programas vivos, los libretos son de una increíble, ramplona y chabacana pobreza, sin que de esa pobreza los salven la exhibición abusiva de modelos bien desvestidas. En un país que produjo grandes libretistas, parece que no quedó ni uno, porque todos se repiten, inventan situaciones "cómicas" que dan ganas de llorar. Tanto es asi, que comparando objetivamente, la esforzada serie que se hizo aquí, la Oficina de Alberto, con todo que anduvo medio a la deriva en cuanto a libreto y pintura de personajes, resulta superior a muchas series que vimos en Buenos Aires. En lo único que tal vez nos aventajan, es en la abundante transmisión de eventos deportivos, algo de fútbol, carreras automovilísticas, polo y otros deportes, cosa que por otra parte, nuestra televisión es muy capaz de hacer, a poco que algunos dirigentes deportivos se apeen de su angurria comercial, y que los rubros publicitarios, en vez de aturdimos con tantas repeticiones desde estudio, patrocinen programas realmente interesantes. Nuestros noticiosos no le van a la zaga a los de los argentinos, ni siquiera en lo que se refiere a los acontecimientos internacionales transmitidos por satélite, y en cuanto a la calidad técnica de la transmisión, color, claridad, ajuste, sonido, etc., parece que nuestros equipos son mucho más eficientes que los que están usando en Buenos Aires, salvo ATC que tampoco "sale tan bien" como nuestros canales. En resumen, no hay motivo para quejarnos de nuestra televisión ni considerarla inferior, y si hay que crear con la ciencia, es sobre el valor informativo, formativo y cultural de la TV, inducir tal conciencia en los anunciantes y sacarIes de su modorra para abrir el camino a las cámaras para que dentro y fuera de estudios, enfoquen y conciban programas que somos tan capaces de realizar, igual o mejor que los de Buenos Aires, que repetimos, no son nada de otro mundo.
Mario Halley Mora - MHM

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