sábado, 1 de octubre de 2011

Comentario í: La cerveza es la bebida de los pueblos fuertes

La primera publicidad de cerveza que escuchamos en nuestro país, se pasaba en el programa "La Onda Honda", en el cual, hablaba por quince minutos, todos los días, nada menos que Facundo Recalde, y se propalaba, si mal no recordamos, por una Emisora ya desaparecida, Radio Prieto. Hacía de locutora comercial, la hija de don Facundo, Alma Blanca Recalde, entonces pionera de la locución femenina, que ahora ya debe ser abuela. Con bien timbrada voz, decía Alma Blanca que "la cerveza es la bebida de los pueblos fuertes" Y punto. Y podía adivinarse en esta concisa, maciza brevedad, la pluma del mismo Facundo Recalde.  Con el correr del tiempo, hemos recorrido los caminos del mundo, y en Estados Unidos, en Tokio, en Taipei, alguna vez en Berlín, siempre hemos visto publicidad de cerveza, de distinta factura, en televisión. De distinta factura, pero con un denominador común: la apelación, o sea, la motivación para tomar cerveza, al fin de cuentas una bebida alcohólica, siempre se dirige a personas adultas, gordos y rubicundos comedores de "esbein con chucrut"; robustos alemanes de Baviera con pantalón corto, tirantes y sombrerito tirolés con plumas; barbados marinos holandeses de grandes panzas y carotas coloradas como tomates; sedientos mineros galeses con la cara teñida de carbón que se detienen en el "pub" a tomar su cerveza diaria; poderosos camioneros yanquis con cuerpo de gorilas y brazos gruesos como jamones que hacen un alto en el camino o sudorosos vaqueros que entran al "saloon" a apagar con cerveza la sed y la fatiga del "rodeo". Sin embargo, en nuestro país, este esquema se rompe. La publicidad no intenta incentivar la sed del bebedor, sino parece que quiere hacer bebedores de nueva promoción, a tenor de los cortos publicitarios donde aparecen chiquilines y chiquilinas, algunas innecesariamente con algo más que con una hoja de parra, bañándose en cerveza. Con lo que aquella sentencia tan madura de Fa Re, la "cerveza es la bebida de los pueblos fuertes" parece haber derivado en otra: "la cerveza es la bebida de la juventud tilinga", con lo que no deja de tener razón, a juzgar por la creciente cantidad de borrachitos y borrachitas que siembran de latas vacías las calles y avenidas los fines de  semana. Aunque parezca mentira, la publicidad bien hecha también puede colaborar con la salud mental de la población siempre que el interés de la ganancia no haga perder de vista ciertos módulos éticos en el sector empresarial.
Mario Halley Mora - MHM

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