lunes, 17 de octubre de 2011

Comentario i: Desafortunado en el juego, afortunado en el amor

Conocemos una humilde y trabajadora señora que se gana la vida, haciendo la limpieza de, los salones comerciales y las oficinas  de un gran edificio asunceno, en las cercanías de nuestro diario. Una vez nos confesó que ella tenía un "libro de cabecera” que le acompañaba en todas partes y también adentro del bolsón que usaban a modo de cartera. Sacó del bolsón el libro, y nos encontramos con una vieja edición de "La Sibila. Cómo interpretar los sueños. Los sueños y los Números”  en cuya ajada tapa  todavía se podía ver la diabólica belleza de una diosa de la Fortuna. Era de aquellos libros en los cuales se lee: soñar con cabras: numero 37. Con rosas: 21. Y así, usándolo como libro de consulta, la vieja señora jugaba religiosamente a la quiniela. . y lo increíble, es que, como dice ella, "gano igual que mi sueldo a fin de mes” sin falta. Ese "sin falta" es lo que nos hizo pensar. En el azar no, existe "sin falta”, o si se quiere, ningún tipo de infalibilidad. Sin embargo, esta señora, apoyada en su metafísico volumen, ganaba SIEMPRE, es decir, contradecía las leyes del azar. Este caso, nos llevó a recordar lo que alguna vez leímos en alguna parte. Hay personas que mediante una rara intuición aciertan casi siempre y tienen extraordinaria. 'suerte" en los juegos de azar. La palabra "suerte" decía el artículo, no es aplicable en estos casos, porque la buena fortuna deviene más bien de una misteriosa capacidad de percepción que lleva a la persona favorecida a "adelantarse al dictamen del azar". No es cuestión de inteligencia - seguía el articulo - sino de otro poder de obscuro origen, pero presente en la "buena suerte" del agraciado. Algo de cierto debe haber en todo esto, porque conocemos personas inteligentísimas que nunca han sacado una muñeca en una rifa de feria, y otras, como nuestra señora, que duplica su sueldo en la quiniela. Es más, algunos aseguran que aquí entre nosotros, una persona ya sacó nada menos que tres veces la polla, y se hiciera de otro afortunado que sacó cuatro veces, la lotería. Lo que significa algo mas que “suerte” o eficacia del respaldo de los libros metafísicos, algo así como una intuición para aproximarse a la adivinación del futuro inmediato y se gana. Otros, que jugaron toda la vida, jamás ni recuperaron el importe del billete, por mas persistentes que fueron, y son aquellos que se consuelan filosóficamente aplicándose el dicho de “Desafortunado en el juego, afortunado en el amor” aunque sea de gua’ u.-
Mario Halley Mora - MHM

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